Un nuevo estudio plantea que la vida tal como la conocemos fue posible gracias a una catastrófica colisión entre la Tierra y un planeta embrionario del tamaño de Marte.

Se trata de una investigación publicada en el sitio especializado Science Advances, en la cual se menciona que este gigantesco impacto ocurrido hace 4.400 millones de años pudo haber sembrado los elementos volátiles necesarios para la vida.

Pero eso no es todo, ya que el trabajo, liderado por Damanveer S. Grewal y Rajdeep Dasgupta de la Universidad William Marsh Rice (Houston, Texas), agrega que este impacto podría haber formado nada menos que a la Luna.

Hasta ahora se pensaba que los elementos que propiciaron la vida en la Tierra se habían originado producto del impacto de múltiples meteoritos antiguos.

Tal como recoge Science Advances, para que surja vida en un planeta muerto se debe contar con la presencia de un gran variedad de compuestos químicos volátiles, como azufre, nitrógeno y carbono.

Sin embargo, la idea de que estos elementos llegaron a la Tierra a través de meteoritos primitivos nunca ha convencido completamente a los expertos.

Universidad William Marsh Rice
Universidad William Marsh Rice

Y aunque la huella isotópica de los compuestos en nuestro planeta coincide con lo que se ha observado en las condritas carbonáceas (meteoritos no metálicos que no han pasado por los procesos de fusión o de diferenciación en los asteroides de los que provienen), las proporciones no calzan.

El estudio agrega que el planeta que impactó a la Tierra podría haber tenido un núcleo rico en azufre, el cual habría sido fundamental para el nacimiento de la vida.

En ese sentido, Grewal sostiene que la información recolectada permite inferir que los rastros isotópicos, el ratio de carbono-nitrógeno así como también el volumen total de nitrógeno, carbono y azufre en el núcleo de la Tierra “concuerda con un impacto que formó a la Luna, el que fue provocado por un planeta del tamaño de Marte con un núcleo rico en azufre”.

Por su parte, Dasgupta aseveró que este es el primer escenario que explicaría “tanto el momento como la entrega de estos compuestos de manera consistente con todas las pruebas geoquímicas existentes hasta el momento”.

“Sin ir más lejos, esta hipótesis coincide con los estudios previos que sugieren que la formación de la Luna también tuvo que ver con el choque de un planeta de este mismo tamaño, lo que además explicaría las similitudes geoquímicas entre la Tierra y su satélite”, añadió.