Es una enfermedad que deforma y destruye gradualmente el cuerpo de quien la padece. El hombre que habría inspirado a los creadores de Shrek, desde el estudio DreamWork, le sacó, no obstante, el máximo provecho hasta el último round de su vida.
La enfermedad que destroza y manipula tu cuerpo. Es un titular de antaño que le dio el periódico El Mundo de España, a la silenciosa afección llamada acromegalia.
¿De qué puede tratarse un padecimiento descrito con tal severidad hace más de una década? Al parecer de mucho, dadas sus causas y efectos en el cuerpo de los seres humanos en cuyo organismo se desarrolla.
Todo tiene una explicación científica, al menos en qué y dónde se origina la Acromegalia. Se trata de una enfermedad endocrina. La alteración (exceso) de la hormona de crecimiento GH, tiene todo que ver en su desarrollo, específicamente en el adulto.
Cuando se supone que el crecimiento de los huesos se ha consolidado, estos siguen incrementando de forma descontrolada. Sobre todo, en manos, dedos, tobillos. Es decir, las partes distantes a hombros, caderas, etc. Tumores en la glándula cerebral, hipófisis, entre las causas.
La anterior explicación lo vivió en carne propia Maurice Tillet, un hombre que según las referencias a nivel mundial, tras el estreno de la película Shrek, habría inspirado al exitoso personaje animado. Su parecido es la base que sustenta tal teoría.
Maurice Tillet y su acromegalia
En Francia, el 23 de octubre de 1903, nació un niño que fue bautizado como Maurice Tillet y décadas después como “Angel Francés”.
Ese nombramiento fue a nivel del público, cuando este se convirtió en un luchador profesional, no sin antes experimentar el desprecio popular por su aspecto físico.
Cuando tenía 20 años, Tillet sufrió los primeros efectos de la acromegalia. Para el joven, la situación era un tormento. El crecimiento anormal de sus partes distales lo volvían blanco de las miradas de sus compatriotas.
Decidió irse a vivir a EEUU, donde la situación no sería diferente, pero una nueva perspectiva de vida le daría la fuerza para enfrentarse a las miradas curiosas, pero también a sus rivales en el cuadrilátero. Medía 1.75 metros.
Así fue como Maurice recibió el nuevo bautismo de “Ángel Francés”. Sus victorias en los combates cuerpo a cuerpo, vino de la seguridad con la que enfrentaba a sus contrincantes, la misma que le faltó en su natal Francia.
Sin embargo, este francés tenía otro sueño en la década de los 40′ en medio del éxito en el ring: quería ser actor, no obstante, el físico que le ayudó a conquistar sus sueños como luchador, no le acompañó en los estándares de belleza que exigía la industria del cine o entretenimiento estadounidense.
El luchador que habría inspirado a los creadores de Shrek
No todas fueron victorias para el Ángel Francés. La máxima “A veces se gana, a veces se pierde”, se hizo extensiva a su caso desde el ring hasta el plató de una producción en la que soñaba estar.
Sin embargo, su sueño se volvió inalcanzable, debido a que la muerte lo acechó de forma prematura. Cerca de los 40 años, Maurice Tillet lidiaba todavía con la acromegalia, una enfermedad que destrozaba su cuerpo. Fue la contrincante que lo desafío a un último combate, ganándole la batalla cuando éste tenía metas por alcanzar.
Entre las leyendas urbanas, debido a su padecimiento con Shrek, figura una que asegura que una de las máscaras mortuorias que fabricaron al “Ángel Francés”, fue prototipo para crear el rostro de Shrek, el ogro del pantano, que se embarca en grandes aventuras junto a su fiel amigo “Burro” y otros personajes.
Por cierto, una coincidencia, más allá del físico entre ambos, es que a Tillet también le llamaban “El Ogro”, pero del cuadrilátero.
DreamWorks habría aprovechado la existencia de una icónica figura que a pesar de ser una máquina luchadora que imponía temor y respeto a sus contrincantes, en contraste, tenía un rostro de afabilidad que lo hacía querido por sus cercanos. El semblante de Shrek, es similar cuando muestra su ternura en contadas ocasiones, sobre todo con Fiona.
El calvario de una mujer y una extraña enfermedad
Por décadas, la acromegalia es un trastono hormonal que se ha investigado a nivel neurológico.
Las mujeres también pueden padecerla, prueba de ello, es una joven que en 2012 contó su experiencia el medio español El Mundo, tras ser diagnosticada. Yésika Médina tenía 35 años cuando supo por “casualidad” que tenía acromegalia.
“Un médico me vio los rasgos y pidió que me hicieran la prueba de la hormona de crecimiento. La cara se me empezó a poner grotesca, tuve problemas de acné y además se me acentuaron mucho las arrugas de expresión, aunque realmente, cuando más lo noté fue cuando me quedé embarazada”, aseguró, agregando que fue a los 26 años que comenzaron los primeros signos.
En ese entonces, su pie creció un número más, las manos comenzaron a tener un grosor extraño, al punto de no poder usar anillos. Estaba embarazada y atribuyó sus cambios a la etapa de gestación de su bebé.
Pensó que todo “volvería a su sitio”. Nada de eso. “Tengo un hijo de 7 años. Lo tuve sin saber que tenía la enfermedad”, comentó.
Acromegalia y gigantismo: ¿son lo mismo?
El gigantismo, a menudo, puede ser confundido con acromegalia, sin embargo, los expertos dejan en claro que se trata de dos cosas diferentes.
“En el gigantismo la persona aumenta en altura y en la acromegalia como los huesos ya están soldados, sólo crecen las partes ‘acras’ o ‘distales’ del cuerpo como las manos, pies, mandíbula, y también algunos órganos internos. De ahí su nombre ‘acro’= distal, ‘megalia’=grande”, aseguraba en ese entonces la presidenta de la Asociación Española de Afectados de Acromegalia, Raquel Ciriza.
No obstante, las implicaciones de salud y las sociales, forman parte de una situación muy difícil de sobrellevar para quienes padecen una u otra enfermedad. Sobre todo, la que se llevó la vida del “Ángel France”, Maurice Tillet.
Su mundo se vio sacudido cuando era muy joven, pero en honor a su trayectoria, cabe decir que las sacudidas que propinó en el cuadrilátero, lo hicieron vivir al máximo, en medio de su sufrimiento.
