En el marco de la campaña Volver a Tejer, las artesanas textiles Teotista López y Silvia Mesa contaron detalles respecto a su emprendimiento.

Las artesanas textiles Teotista López y Silvia Mesa tienen muchísimas cosas en común. Con 63 años a cuestas, ambas llegaron hace cuatro décadas a vivir al sector Las Coloradas de la Isla del Rey, comuna de Corral, sus familias se dedican a la pesca y a la agricultura, son dueñas de casa, vecinas y amigas, “casi hermanas”, y desde que se conocen comparten su pasión por el tejido, el hilado y el teñido de la lana de oveja.

Ellas, junto a otras dos duplas de artesanas de la región de Los Ríos, son los rostros de la novena versión de Volver a Tejer, el exitoso proyecto social y comercial que impulsan Indap y Tiendas Paris, con la colaboración de la Fundación ONA y que este año, bajo el lema “Unidas por la Lana”.

La iniciativa de esta alianza público-privada puso en el mercado 1.500 packs con tres ovillos de lana natural de oveja de 100 gramos cada uno, hilados en forma artesanal en huso y rueca por medio centenar de artesanas de Indap de diferentes regiones del país.

Los packs, que consideran cinco variedades de colores, y un manual paso a paso con puntos básicos de tejido a palillo, se encuentran a la venta en las Tiendas Paris de Alto Las Condes, Casa Costanera, Parque Arauco y Lyon, y en el sitio web.

Campaña Volver a Tejer
Instituto de Desarrollo Agropecuario

Una amistad en torno al tejido

La campaña de Volver a Tejer “Unidas por la Lana” contó con un conversatorio en torno al oficio textil, en el que participaron Santiago Rojas, director nacional de Indap; María Fernanda Kluever, gerenta de Clientes y Sostenibilidad Paris; Macarena Peña, directora ejecutiva de Fundación ONA, y las artesanas Teotista López y Silvia Mesa.

Teotista contó que apenas se casó, comenzó a hilar y a tejer. Aprendió mirando a otras mujeres. Primero hacía prendas para su familia y la gente humilde de la isla, que tiene alrededor de mil habitantes, y hace 10 años, tras capacitarse y participar en ferias y desfiles de moda de Indap, su trabajo artesanal cobró más valor.

Luego de tejer ha pedido para una diseñadora, hace tres años decidieron junto a Silvia crear el Taller Lanitas Coloradas y empezaron a hacer sus propios modelos e innovar con el color, con tintes de hierbas y frutos locales. Sus hijas les hicieron una cuenta en redes sociales y durante la pandemia han vendido como nunca, principalmente chalecos, vestidos y mantas.

“Con Silvia nos llevamos muy bien, siempre nos andamos abrazando y también nos adivinamos el pensamiento. A veces me despierto por la noche con un modelo en la cabeza y me levanto a dibujarlo para compartirlo al día siguiente con ella. Nos juntamos en los talleres de ambas y tejemos mientras escuchamos música y conversamos, siempre con la mascarilla y manteniendo la distancia. Participar en Volver a Tejer es lo mejor que me ha pasado, porque me apasiona lo que hago”, comentó Lopéz.

Su compañera Silvia nunca imaginó que iban a llegar tan lejos. “Trabajar con la Teo es una hermosa experiencia. La amistad y el tejido son buenos para la salud, porque una se concentra y la mente está ocupada haciendo algo bello, es como una terapia. Cuando tejemos no dejamos que nadie entre al taller. También nos gusta enseñar, para dejar un legado”, acotó.

Potenciando el valor del tejido

Santiago Rojas, director nacional de Indap, destacó que las nueve temporadas de Volver a Tejer ha permitido que artesanas, tejedoras e hilanderas, apoyadas por la institución, puedan posicionar su trabajo y acceder al mercado de manera justa, junto con rescatar un oficio de enorme valor cultural para el país.

“También es muy valioso el componente de transferencia técnica que incorpora el proyecto, ya que eso impulsa el desarrollo de las productoras y mejora la calidad de vida de sus familias. Esta iniciativa es un excelente ejemplo de lo que pueden lograr las alianzas público-privadas y está alineada con los objetivos de nuestra administración”, añadió el director.

Por su parte, Macareña Peña, directora ejecutiva de Fundación ONA, comentó que “en esta versión buscamos poner en valor la cultura del tejido y animar a todos quienes quieran encontrar en el arte de tejer una herramienta de conexión personal y un espacio de encuentro con otras tejedoras y de vinculación con su entorno. Así, en la campaña, seis tejedoras del sur de Chile nos compartieron sus historias y vivencias en torno al tejido y cómo el oficio las ha unido”.

Para María Fernanda Kluever, gerenta de Clientes y Sostenibilidad Paris, esta campaña es un ejemplo de convicción, trazabilidad y comercio justo, que “nos lleva el alma y la esperamos todo el año”, y que “es un orgullo ofrecer estos productos a nuestros clientes”.

Volver a Tejer
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