“La gaviota” (1896) y “Las tres hermanas” (1901), ambas del gran dramaturgo Anton Chejov (1860-1904) son obras clásicas del teatro ruso, llevadas a escena numerosas veces, en versiones originales o como referencia para nuevas propuestas. Como es el caso de “La tercera hermana” de la chilena Cía. Zudamerikan Theater.

Por Leopoldo Pulgar Ibarra

“Está inspirada en Chéjov para hablar sobre nuestra identidad”, explica el dramaturgo y director Sebastián Squella (también dirigió la obra “Representar” con la cia. Perro Muerto) sobre el primer trabajo del grupo que “nos permite, a través de estos personajes clásicos teatrales, cuestionar quiénes somos y cuál es nuestra identidad”.

En la ficción la obra propone que las hermanas Irina, Masha y Olga están en Chile, en una realidad y territorio hostiles y desconocidos donde una de ellas se pierde. Durante la búsqueda serán rodeadas por lo que vive el país: incertidumbre, conflictos políticos y violencia que las inducirán a reflexionar sobre el presente y el futuro.

La cia. Zudamerikan Theater, que alude a la canción de Los Prisioneros, se autodefine como un grupo artístico con la necesidad de cuestionar ciertas formas y lenguajes teatrales, a través del trabajo de investigación y laboratorio que, en este caso, se plasmó en “La Tercera Hermana”.

Su objetivo, según la agrupación, es conectar los resultados que se obtengan con “lo chileno y la identidad “, en una propuesta que “se contrapone al universo chejoviano, donde lo clásico, lo sagrado y el statu quo del teatro chileno son el motor de partida”.

Búsquedas y encuentros

“La necesidad de estas mujeres y de la ficción de profundizar y de llegar al centro de quiénes son y qué es lo superficial forma parte de nuestro proceso ligado a Chejov”, explica el dramaturgo y director Sebastián Squella.

¿La búsqueda de la hermana pérdida ayuda a perfilar una cierta identidad chilena?

“Como las situamos en nuestro país surge la pregunta por la identidad y por qué ellas sufren en un contexto chileno… Ellas se quedarán para reconstruir sus vidas, van a saber por qué sufren. En realidad, la aflicción de ellas está ligada al Chile contemporáneo, por tanto, sabremos también por qué sufrimos los chilenos”.

¿Y en ese proceso está en juego lo identitario?

“Preguntarse por el futuro es un proceso de identidad. Por ejemplo, una Constitucioón debería responder a un proceso identitario. Es muy difícil proyectarse y preguntarse cómo es el país que queremos si no contestamos la pregunta de quiénes somos como país y sociedad.

“Desde octubre 2019 la pregunta se mantiene. Si uno se fija bien, luego del resultado de cada elección nos sorprendemos del país que somos. Que ganara el Rechazo no es sólo una derrota electoral, sino un síntoma de algo más profundo que tiene que ver con la pregunta sobre la identidad.

“Cada cierto tiempo nos vamos acomodando y cambiando de postura, no tenemos una identidad palpable y se hace dificil intentar adivinar qué sucederá porque no tenemos una proyección más o menos definida de nosotros mismos”.

Guiños ficcionales

¿Cómo se lleva lo que planteas a la obra?

– “En dos grandes espacios: una visión eurocentrista, porque aún creemos que somos los jaguares de Latinoamérica. Por ahí entra Chejov y sus personajes, síntoma de un cierto arribismo social, que se ve reflejado en el teatro.

“En el segundo ámbito se propone una pregunta sobre qué constituye esta identidad que no se puede palpar, ya que depende de nuestras acciones cambiantes y si corresponde a lo que decimos que somos o a cómo otros nos ven”.

¿Y en la formalidad escénica?

– “Tiene que ver también con la identidad. La obra parte de un lenguaje clásico, luego se rompe hacia lo actual, después vienen los conversatorios y las actrices usando y rompiendo lenguajes en escena. Estas mujeres sienten la necesidad de profundizar quiénes son, de llegar al centro de la ficción y de lo que ellas son.

“El vestuario tiene aires chejovianos, guiños al siglo XIX, y la escenografia al constructivismo (lo utilitario por sobre lo decorativo), un triángulo y un círculo donde se mueven estas mujeres. El texto es muy dinámico y las tres actrices podrían parecer estar como tomando once”.

La Tercera Hermana
Cía. Zudamerikan Theater

La tercera Hermana

Dirección y dramaturgia: Sebastián Squella
Elenco: Cia. Zudamerikan Theater (Amelia Barrés, Belén Zambeat, Noel Saint-Jean)

Diseño integral: Feña Errada & Javier Pavez
Diseño sonoro: Camilo Venegas
Periodista: Francisco Silva
Productora: Maca Tapia V.

Mori Recoleta
Bellavista 77
Jueves a domingo
Jueves a sábado 20.30; domingo 20.00 horas.
Entrada general $ 10.000.
Ticketmaster.