La Pincoya, personaje mitológico caracterizado con cabellos cortos alzados al viento, deriva su nombre del Quechua o Aymara, lenguas en las que “coya” significa princesa, una que en este caso vive en los mares de la Isla de Chiloé y es la encargada de procurar bonanza a los pescadores.
Leyenda que tiene varias representaciones con esculturas a lo largo del país, una de esas está en Huechuraba, su origen que no tiene data exacta, se remonta a la época histórica en la que comenzó a conformarse, lo que años más tarde sería conocido como barrio de La Pincoya, desenvolviéndose como un movimiento social de gran envergadura.
La figura con cuerpo de sirena, está recostada sobre un ser mitológico con cabeza y garras de león. Se trataría de su hermano y marido, el Pincoy, y habría sido confeccionada entre 1960 y 1965 por Eduardo Keymer Fresno (1906 – 1975), aficionado al arte y la cultura.
Restauración de la obra y nuevo centro cultural
La obra se situó por años, en la que en ese entonces era la casa de la familia Keymer, que luego fue donada al uso público y pasó a albergar algunas dependencias municipales, entre ellas el Departamento de Salud y Alcaldía. Siempre estuvo rodeada por una pileta, pero con el paso de los años y el declive en su estado de conservación, dejó de funcionar.
A 50 años del asentamiento de la emblemática población, el Municipio del Alcalde Carlos Cuadrado Prats, decidió impulsar la construcción de un nuevo Centro Cultural de Huechuraba, ubicado exactamente en el subsuelo de la explanada de la casa Keymer.
Es una obra que contempla la inversión de 3 mil 108 millones 372 mil 820 pesos, financiados por el Gobierno Regional Metropolitano y que incluye el retiro, conservación y posterior restauración de La Pincoya. La Municipalidad financió el diseño de dicho proyecto, el proyecto de cálculo y especialidades, además de gestionar la articulación de este con el Concejo Nacional de la Cultura.
“Para nosotros es importante mantener la historia comunal, este es un símbolo que necesariamente congrega el pensamiento de todos nuestros vecinos y por lo tanto, tenemos el deber histórico de resguardar la memoria colectiva”, aseguró el Alcalde Carlos Cuadrado Prats, en medio de los trabajos que ya comenzaron, luego de la remoción de la obra que mide 1,74 cms de alto y 2.47 cms de ancho.
Ese trabajo profesional de traslado, conservación y restauración, es llevado a cabo por la empresa ARTFACTO, donde su directora Yasmin Rozas, asegura que “la característica principal, más que la obra material, es el valor simbólico que tiene para la comunidad, nosotros siempre tenemos un especial cuidado en eso, en este y en todos nuestros trabajos”.
“Son dos años de almacenaje, mientras se realiza la construcción del centro cultural y esos dos años estará almacenada en una bodega, luego se inicia la restauración en un proceso que dura alrededor de dos meses”, asegura Gloria Román, quien agrega que durante los dos años de almacenaje tendrá una serie de evaluaciones y revisiones, para conservar su estado.
“Hemos hecho obras similares con la Municipalidad de San Felipe, haciendo la restauración de esculturas, lo propio con la Municipalidad de Viña del Mar, para hacer restauración de esculturas y traslados, con varias experiencias en Santiago como en regiones”, Yazmin Rozas Balboa, Directora Empresa ARTFACTO.
El primer contacto documentado que se tiene de la obra se efectuó en 2012, con motivo de un proceso de conservación y restauración, por parte de la empresa Restaurarte.cl. A esta se sumó la reparación del plato de hormigón que la sustenta, ejecutado por el arquitecto José Alejandro Hernaiz Jacob, también el 2012.
A 7 años de esos trabajos, La Pincoya volverá a descansar por 24 meses, hasta que pueda regresar a su lugar original, aunque ahora convertido en un moderno Centro Cultural, que tendrá características similares a las del Palacio La Moneda, pero en el corazón de una de las poblaciones más icónicas del país.