En un anuncio que de seguro sorprendió a varios en agosto pasado, Dismember confirmó una visita a Chile con dos presentaciones, una en Santiago y la otra en Valparaíso. Lo llamativo fue que ambos shows fueron los únicos que la banda sueca agendó en Sudamérica.

Fue así como la banda de Matti Kärki y compañía llegó hasta suelo nacional para mostrar lo mejor de su extenso repertorio de death metal con su formación clásica.

La cita para volver a ver a la legendaria banda sueca, tras su último show en Chile en 2008, quedó pactada para las 19:00 horas en el Teatro Cariola en plena capital.

La jornada comenzó con la presentación de Nefastor quienes desplegaron un death metal bastante energético y en el que destacó el desplante de sus integrantes por el escenario.

La joven agrupación contó con cerca de 30 minutos para mostrar su propuesta musical ante un público que tímidamente comenzaba a llegar al recinto ubicado en la avenida San Diego.

Luego fue el turno de Necrodemon, conjunto que cultiva un death metal estilo sueco muy en la linea de At The Gates y quienes, como era de esperar, devastaron el lugar con sus temas. El vocalista ofreció disculpas ya que se encontraba mal de la garganta, pero ante las bromas de algunos presentes, sacó la tarea adelante.

Los oriundos de Arica mostraron una selección con lo mejor de su repertorio, incluyendo temas clásicos como Satanized y otros más contemporáneos como Que muera el perro Jesús, además de Heaven’s Disdain, un adelanto de su nuevo álbum que debiera salir a inicios de 2024.

Cuando el reloj ya pasaba las 21 horas, salió a escena el plato fuerte de la jornada, Dismember, quienes comenzaron su show con la canción Of Fire.

Les bastó solo un par de segundos para prácticamente echarse el público al bolsillo, quienes dejaron en claro que la espera desde la última vez que habían venido a Chile fue muy larga.

Sickening Art fue el segundo corte, seguida de inmediato por Fleshless. Liderados por su emblemático vocalista Matti Kärki, Dismember tenía claro que lo de la noche del sábado sería una selección con lo mejor de su catálogo, por lo que Pieces y Dismembered siguieron para el deleite de los presentes.

Rubén Gárate | Instagram

La ovacionada Tragedy of the Faithful, con sus riffs tan característicos, fue la escogida para seguir con el show, para luego interpretar Skin Her Alive y Hate Campaign.

La dupla de guitarristas de Robert Sennebäck y David Blomqvist se mostraron sumamente afiatados, con los característicos duelos al estilo “Dave Murray y Adrian Smith” que han llevado a Dismember a lo más alto del death metal mundial.

La estruendosa In Death’s Sleep de su álbum Like an Ever Flowing Stream antecedió a Dreaming in Red, uno de los puntos altos sin duda de la jornada, con todos los presentes dejándose llevar por uno de los tantos clásicos de Dismember.

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Richard Cabeza y Fred Estby se mostraron totalmente pulcros en el bajo y la batería, respectivamente.

Override of the Overture y Soon to Be Dead siguieron en el setlist para luego dar paso a Casket Garden, cuyo coro debe haber sido de los momentos más cantados.

On Frozen Fields y la excelente Life – Another Shape of Sorrow nos recordaban que nos acercábamos peligrosamente al final, para cerrar con Bleed for Me.

En alrededor de una hora y media Dismember saldó cuentas con su público chileno que los esperó ansiosamente por 15 años. Afortunadamente todo terminó sin incidentes, con un público que se retiró satisfecho con lo mostrado por Kärki y compañía. Esperemos que no vuelvan a pasar tantos años para tenerlos nuevamente en territorio nacional.

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