“Cuando cada niño pueda leer, Chile prosperará”, esa es la premisa por la cual trabaja la Fundación Crecer con Todos, que a través de su programa Primero LEE, implementado en 76 escuelas a lo largo del país, busca hacer frente a la complicada brecha en el aprendizaje de la lectura y escritura que viven niños y niñas, sobre todo de contextos vulnerables.

En una nueva conmemoración del Día Internacional del Libro, la fundación pone en la palestra la importancia de incentivar la lectura desde la primera infancia, con la finalidad de establecer hábitos desde los primeros años.

“En esta labor, pueden colaborar los padres, hermanos mayores o familiares que dediquen unos minutos al día a involucrar a los más pequeños en la lectura”, se lee en la descripción de la iniciativa.

La lectura comprensiva logra innumerables beneficios que se ven reflejados en toda la etapa escolar: estimula la imaginación; desarrolla el lenguaje comprensivo y expresivo; mejora el vocabulario, la comprensión del mundo exterior y de nuestro mundo interno, amplía el conocimiento, permite disfrutar de aventuras y posibilita conocer los gustos y preferencias de los niños.

Para acercar a los niños a la lectura, la Fundación Crecer con Todosredactó tres premisas claves en la materia de incentivo cultural.

1. Crear un ambiente propicio para la lectura

De acuerdo al ente, este espacio debe ser “cómodo, con luz adecuada, que permita una buena visibilidad del libro y la cercanía entre el lector y el niño”.

2. Hacer participar al niño en la lectura

En este apartado, la fundación propone, por ejemplo, “hacerle preguntas (al niño), invitarlo a hacer mímica, onomatopeyas, leer algunas palabras o completar frases predecibles, permitir que pueda tocar y ver el libro”.

3. Utilizar la voz para motivar la lectura

Este dato es importante: resulta fundamental trabajar en el volumen y ritmo de la voz, porque será este el puente que entable la lectura. “Haz inflexiones y onomatopeyas (“Guau!”, “Toc-Toc”, “Oh!”) cuando sea pertinente”, sugieren.

“En la primera infancia, la lectura es un acto de acompañamiento, por lo que es primordial la complicidad con el menor, de tal forma de leer, comentar, preguntar y cuestionar lo que en el texto sucede”, agregan desde la organización.

“Fomentando este hábito además, se puede disfrutar de momentos agradables y fortalecer los lazos afectivos dentro de la familia”, agregaron.