Lo hizo a través del diario español El País y no en una entrevista, sino con una columna, en la que desclasifica mails personales, letra chica de contratos comerciales y antigua chismología literaria. Carolina López, la viuda de Roberto Bolaño, salió a defenderse luego que el crítico literario español Ignacio Echevarría deslizara una relación amorosa paralela entre el autor y Carmen Pérez de Vega; y después que Jorge Herralde, editor de Anagrama, criticara la decisión de López de romper su vínculo con la editorial.

La tesis que cruza el texto es la de la difamación, que destaca que Bolaño nunca tuvo amante y que, durante sus últimos años de vida, sólo se dedicó a ella y su familia. “Roberto murió en 2003 tras largos años de enfermedad y su voluntad siempre fue que su esposa y sus hijos gestionaran su obra, como hemos venido haciendo con discreción“, cuenta López.

Y continúa: “Echevarría y Herralde atribuyen que se les haya apartado de la gestión de la obra de Roberto al hecho de que, según ellos, conocían una relación sentimental de este con Carmen Pérez. Lo cual no es cierto en absoluto. Actúan movidos por el despecho, porque, debo decir, que se apartaron ellos mismos”.

Roberto Bolaño, Jorge Herralde y Sergio Pitol | Anagrama
Roberto Bolaño, Jorge Herralde y Sergio Pitol | Anagrama

Para explicar la razón de la ruptura entre la familia Bolaño y Anagrama, López explica: “La reciente publicación de la novela inédita “El espíritu de la ciencia-ficción” y la cesión de los derechos de la obra de Roberto a Alfaguara y no a Feltrinelli (sucesora de Anagrama) se debe únicamente a razones profesionales. La propuesta que realizó Alfaguara en el marco de las negociaciones en las que intervino mi agente, Andrew Wylie, fue mucho más ventajosa para la obra de Roberto. No solo en lo económico. Alfaguara tiene una mayor presencia en Latinoamérica, donde sus libros cuestan menos, algo fundamental para garantizar el acceso de los lectores a su obra”.

Además, agrega un dato explícito: “Cuando Roberto murió, sólo hacía siete años que publicaba en Anagrama. De la totalidad de su obra (15 libros), seis los publicó en otras editoriales (Seix Barral, Acantilado, Lumen, Planeta Chile y Mondadori). Como bien sabe el propio Herralde, de los 20 años de vida editorial de Roberto, siete corresponden a Roberto y 13 a la gestión de su familia. Durante estos últimos, su editorial pudo reunificar toda la obra en su sello así como publicar inéditos póstumos muy relevantes“.

También tuvo espacio para una denuncia: “Mi pérdida de confianza en Herralde se inició en 2008, cuando revisé los contratos. Me percaté de que en 2005 Anagrama había formalizado sin mi autorización un pacto por el cual estábamos pagando comisiones mucho más altas de lo habitual. Si las comisiones rondaban de costumbre el 20%, mis hijos y yo pagábamos entre un 35% y 55%“.

Sobre Ignacio Echevarría, la viuda fue letal. Lo acusó de hacerse llamar el “albacea” del chileno, y de haber difundido sin su autorización el original de El secreto del mal. “Tuve conocimiento de que había difundido por correo electrónico a terceras personas el manuscrito inédito de dicha obra sin pedir mi autorización y antes de haber firmado contrato alguno. Valoré esto como una frivolidad y una falta de responsabilidad. Cuando le pregunté por ello reconoció su error, pidió disculpas y dimitió de su cargo. Miente, pues, cuando afirma que lo despedí“.

Además, publicó el extracto de un e-mail escrito por Echevarría en 2005, reconociendo lo sucedido: “‘Lamento muy sinceramente haber decepcionado tu confianza. […]Me hago cargo de lo que puede suponer una pérdida de confianza y asumo enteramente mi responsabilidad’. Además, se ha desdicho de lo que me escribió dos días después, en otro correo: ‘Por mi parte, no tengo intención de dar más vueltas al asunto, ni mucho menos de divulgarlo en forma alguna’“.

Por el momento, ni Herralde ni Echevarría le han respondido a López.