“Para los chilenos y colonos que llegan esta isla es el final del mundo. Para los que estamos desde siempre, su comienzo.” Declaración de imputado, Tribunal de Chiloé, Chile, 1881.

La nueva película de Christopher Murray se inspira libremente en el juicio a los brujos realizado en Chiloé a fines del s XIX. Una historia que muestra el choque de culturas y de poderes, los abusos y el racismo de los que fueron víctimas los habitantes de Chiloé, en especial los huilliches, en una tierra que fascina y provoca temor, en especial a lo desconocido, a lo incomprendido.

Brujería es la búsqueda de justicia de una preadolescente huilliche que se transforma en el descubrimiento de su identidad profunda.

Origen

La idea de la existencia de brujas y brujos, de redes y organizaciones de ellos en Chiloé, junto con una larga lista de leyendas, que incluyen a El Trauko y al invunche o imbunche, tiene larga data y se mantienen hasta hoy.

Uno de sus hitos fue el famoso juicio a los brujos, realizado en 1880 contra “La Mayoría”, sociedad de brujos de Chiloé que, con una gran y jerarquizada organización, entre otras cosas resolvía conflictos y dictaba justicia entre la población indígena. Una organización que cuestionaba e incomodaba al Estado chileno.

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A lo anterior se debe sumar que la isla, con una población mapuche huilliche, fue colonizada por los españoles con una fuerte influencia católica, de los jesuitas. Fue un lugar donde convivieron, con mayores o menores conflictos, ambas culturas. Gracias a esta convivencia, Chiloé se mantuvo fiel a la Corona de España. Recién a inicios de 1826 la isla fue incorporada a la Independencia de Chile, pero esto generó una cierta desconfianza, de recelo frente a un conjunto de islas consideradas diferentes al Chile continental.

Brujería

La película relata la historia de Rosa Raín, una preadolescente que trabaja en casa de una familia de colonos alemanes. En un momento de desencuentro, Stefan -el jefe de hogar- lanza sus perros contra el padre de Rosa, asesinándolo.

Rosa escapa y busca justicia. Primero con el alcalde (Daniel Muñoz).

“Ya perdiste un papá, no perdai más cosas”, le dice el alcalde. “Los papás se mueren, y yo no puedo resucitar a nadie (sic). A tu papá lo mató un perro y a los perros no se los mete preso.”

Entonces Rosa busca en otros lados y llega donde Mateo (Daniel Antivilo), cabeza de una sociedad de brujos… Para la joven se abre un nuevo mundo, otra concepción del mundo, de la vida, de justicia. Una confrontación de culturas, religiones, valores. De prejuicios, poder y racismo.

Que estas aguas borren…

La frase dicha por una integrante de la asociación de brujos refleja la resistencia a la imposición cultural, social, económica. Al racismo, el abuso.

“Que estas aguas borren las aguas con las que te bautizaron” es una frase que resume un acto de rebeldía máximo. Es rechazar el cristianismo, la religión, al poder y la autoridad impuesta. El dominio y el sometimiento. Es saberse resistencia y reconocer una identidad individual y colectiva diferente, que se valora y se está dispuesto a asumir las consecuencias de ello. En especial considerando que se está en 1880, tiempos en que la Iglesia Católica (al menos en España), tenía un manual sobre el uso adecuado y normado, de acuerdo a la gravedad de la situación, de la tortura. Para que no se cometieran excesos en su uso.

Valentina Véliz en Brujería
Fábula

Colores, actuaciones

Brujería tiene muchos valores. Entre ellos, su estética, música, las actuaciones de sus protagonistas, como los temas abordados.

En Brujería destaca la joven Valentina Véliz como Rosa, una revelación. Una joven que logra salir airosa ante un rol complejo y exigente. Por otro lado, está el experimentado Daniel Antivillo (Mateo), que da peso a un personaje popular, huilliche, rudo, sabio y sensible. Dos muy buenas actuaciones que dan peso a la película.

La película presenta una cuidada estética (fotografía de María Secco) donde predominan los colores grises (de los cielos nublados, del mar, de la lluvia) y los del fuego, en interiores y exteriores. De esta forma, muestra ambientes -principalmente exteriores- pesados, un tanto agobiantes, poco estimulantes. A pesar de la gran belleza de los paisajes. En contraste, están las escenas iluminadas por el fuego, generalmente interiores, donde predominan los naranjas, que muestran intimidad, lo secreto. Un contraste entre lo público y lo privado, lo que se muestra y lo que se mantiene oculto, protegido.

Es una estética que se apoya con una cámara que conjuga composición con el movimiento, que transmite tensiones y estados de ánimo, sentimientos.

La música, de Leonardo Aliblum, permite complementar el carácter de las escenas con equilibrio, sin tomar protagonismo y aportando contemporaneidad.

Además, Brujería plantea, a partir de una historia del siglo XIX, temas actuales, contingentes. Es un relato que nos lleva a pensar en el presente, en conflictos actuales.

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Christopher Murray

Christopher Murray (1985), Director Audiovisual de la Universidad Católica, tiene en su producción los largometrajes de ficción Manuel de Ribera (codirigida con Pablo Carrera, 2010) y El Cristo ciego (dirección y guion, 2016), y los documentales colectivos Propaganda (2014) y Dios (2019). Además de trabajar en el montaje del documental El cielo está rojo (2020).

Es muy particular este permanente tránsito -y equilibrio- entre la ficción y el documental, además de abordar temas religiosos, sociales y políticos. De combinar contingencia con creencias populares, temas sociales y religión. Y de trabajar con muchas personas que no son actores profesionales.

Afiche dee Brujería
Fábula

Ficha técnica de Brujería

Dirección: Christopher Murray
Guion: Christopher Murray, Pablo Paredes
Reparto: Sebastian Hülk, Daniel Antivilo, Valentina Véliz, Daniel Muñoz, Neddiel Muñoz Millalonco.
Música: Leonardo Heiblum
Fotografía: María Secco

Países: Chile, México, Alemania
Casa productora: Fábula
Género: Ficción
Subgénero: Suspenso
Formato: Largometraje
Idioma: Español, Mapudungún, Alemán
Duración: 100 minutos