“No, la pintura no está hecha para decorar las habitaciones. Es un instrumento de guerra ofensivo y defensivo contra el enemigo”, declaró alguna vez el artista español Pablo Picasso. Hoy, luego de 80 años, se estrena en Chile un mural inspirado en esta obra, considerada una de las más relevantes del siglo XX.

El Guernica es obra del artista español Pablo Picasso, quien el año 1937, en plena guerra civil española, recibió como encargo del gobierno republicano, un cuadro para decorar el pabellón que España tenía en la exposición universal de Paris.

Guernica original | Wikipedia
Guernica original | Wikipedia

Su nombre refiere al ataque aéreo que recibió esa ciudad del país vasco y es uno de los pocos cuadros de Picasso con intencionalidad política. Su interpretación en profundidad es objeto de controversia, ya que varias figuras son simbólicas y suscitan opiniones dispares.

Hoy, en pleno despertar social en Chile, se estrena un mural bastante similar: “Chile/Octubre 2019, una reinterpretación del Guernica”, obra del artista Miguel Angel Kastro, quien se inspiró en la pintura realizada por Piccaso para crear, en primera instancia, una imagen digital que se transformó en viral a través de las redes sociales.

La Mimo, los torniquetes del metro, la bandera chilena negra, bombas lacrimógenas, policías, los “ojos heridos” y otros simbolismos son parte de esta obra. En entrevista con BioBio Chile, Kastro habló sobre su trabajo a sólo horas de estrenarla en grandes dimensiones.

Cedida
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¿Cuáles crees que son los aspectos más destacables de tu versión chilena del Guernica?

“Creo que lo más destacable de la obra es la cantidad de información que posee, se explican diferentes aspectos, protagonistas y sucesos que relatan el panorama desde la perspectiva de la gente. Desde la vereda del arte creo que resulta una buena introducción para entender el estallido social chileno. Muchas personas me han dicho que es la obra de arte que mejor retrata el contexto de este fenómeno”.

¿En qué momento empezaste la creación de este trabajo? Ahora que han pasado más de 100 días del llamado estallido social, ¿crees que se haya quedado “corto” en algo? ¿Crees que han aparecido más simbolismos con el paso del tiempo?

“Por supuesto que creo que se han sumado muchos simbolismos a esta lucha social que no alcanzaron aparecer en el cuadro. Esta obra la realicé a pocos días de que Piñera dijese que estamos en guerra, y fue el resultado de la ansiedad que me produjo el exceso de información y la conmoción que a todos nos invadió al leer las noticias y revisar las redes sociales.

Desde ahí hasta ahora en nuestro país han seguido ocurriendo cosas como para hacer dos o tres Guernicas más. Sin embargo, los ejes principales que articulan la obra siguen estando muy vigentes, pues el principal motivo de la misma es la violencia y la injusticia, y como todos podemos observar la violencia y la injusticia siguen muy vigentes en las calles, en los tribunales, en el Congreso, en la Moneda.

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Lo único que observo en el actuar del gobierno, de carabineros y de la clase política en general es violencia e indiferencia. Por mucho que se llenen la boca hablando de reformas y pactos sociales en verdad lo que realmente podemos observar es una descarnada lucha por el poder y su conservación”.

¿Qué rol crees que están ejerciendo los ilustradores chilenos en el despertar social?

“Creo que tanto ilustradores como pintores, muralistas, escritores de graffiti, y todos aquellos que han tenido el impulso de intervenir las calles, han tenido un rol fundamental en la manera en que la sociedad ha manifestado su sentir.

Las calles se han transformado en verdaderos periódicos, basta con transponer la información que nos brinda la calle con la información que surge de la prensa oficial para entender que existe una gran fisura. De esa diferencia se han hecho cargo los artistas y personas que han ocupado gráficamente la calle. No podríamos entender, por ejemplo, el nivel de masividad de las marchas sin estudiar los carteles y afiches que las convocaron. No podríamos entender la importancia de iconos, como por ejemplo el perro Matapacos, sin estudiar los cientos de páginas y perfiles de Instagram recopilando material gráfico en torno a las protestas. Se han reunido un número de factores que hacen indispensable el estudio de las gráficas e intervenciones visuales para el entendimiento del fenómeno social”.

¿Has visto amenazado tu labor como ilustrador debido a la exposición que está teniendo?

“He tenido un par de problemas menores, principalmente con gente que me ha mensajeado manifestando su rechazo a la obra. Creo que aquello es un buen síntoma, habla de la importancia que la gente le ha otorgado a la obra, y que le duela a quien le tenga que doler no más. Mayor riesgo he corrido pintando en las calles, principalmente en el centro, pues buena parte de mi trabajo tiene que ver con la pintura ilegal. En todo caso es el mismo riesgo que corren todos los que se manifiestan y transitan por las zonas de mayor conflicto. Hay que estar muy atento siempre”.

Ya se han eliminado murales y han destruido en más de una ocasión la estatua del Matapacos, ¿crees que este trabajo pueda sufrir alguna alteración? ¿Existen resguardos al respecto?

“No, porque no depende de ningún soporte. Esta obra nació como una ilustración digital, que luego se transformó en un afiche callejero y que hoy día volvió a transformarse en un mural. Si borran el mural, con más fuerza iré a restaurarlo. Y si por algún motivo no puedo reparar el mural, la circulación de la imagen ha sido tan grande que resultaría prácticamente imposible quitarle su poder”.

La versión chilena del Guernica ha adquirido mucha popularidad en redes sociales y en la calle, donde se han visto múltiples réplicas e incluso en la web del Museo Reina Sofia ha sido destacada. ¿Has sabido de algún lugar inédito o poco común donde esté presente?

“El lugar más curioso donde he visto el Guernica es en la propia calle, en las cunetas, siendo comercializado piratamente por gente que vende laminas e impresiones, en Lastarria, Bellas Artes, Plaza Nuñoa o sitios similares.

A diferencia de lo que muchos podrían pensar para mí es todo un orgullo ser pirateado, habla de que la obra traspasó la barrera de mi individualidad para transformarse en algo de todos. He tenido la oportunidad de hablar con esas personas y agradecerles por piratearme. Nadie se hará rico con esto, si puede alcanzar para todos, bacán. Distinto sería si lo viese siendo utilizado por una marca o similar. Ahí sacaría las garras inmediatamente”.

¿Piensas extender la difusión de este trabajo u otros que estés realizando a partir del contexto social que vive nuestro país?

“La mejor manera de extender la difusión de mi trabajo es simplemente seguir haciéndolo. Seguir pintando las calles, seguir ilustrando, seguir tirando el rollo. En la medida que nuestra voz no calle -y por nuestra voz me refiero a todos los que se manifiestan de alguna manera, no solo a los artistas- nuestro mensaje seguirá siendo poderoso. Yo al menos no pienso claudicar. Me gustaría de repente realizar un libro compilando mi trabajo desde octubre hasta estos días, paso el aviso, por si alguna editorial estuviese interesada”.

El estreno del mural será hoy a las 20 horas en el espacio de arte y café La Galería, ubicada en Dardignac #0106, Providencia. Para la ocasión se considera el acto de apertura “Llapëmn”, performance de Andrés Gutiérrez (director de la compañía Bayku), para luego dar paso a una introducción de la temática a cargo del historiador del arte de la Universidad de Chile, Omar Cuevas.

Posteriormente, para cerrar la actividad, se realizará el conversatorio “Las calles no aflojan”: el rol del arte urbano y el graffiti en la continuidad de la lucha social, el que estará moderado por el editor de Babel –espacio de cultura pop de El Desconcierto– César Tudela, y contará con la participación y reflexión de los artistas callejeros Juana Perez, Piri, Caiozzama, Marcel Solá y, por supuesto, Kastro. La entrada es liberada.