A 33 años del Caso Quemados, un nuevo hito urbano recordará a Rodrigo Rojas de Negri, fotógrafo chileno fallecido a los 19 años en 1986, luego que una patrulla militar lo rociara con bencina tras una manifestación en Pudahuel contra el régimen de Augusto Pinochet.

Se trata de un mosaico a cargo del Colectivo Musa, el mismo detrás de otros homenajes que recuerdan a Pedro Lemebel en calle Nataniel Cox con Tarapacá (Santiago), a la periodista Lenka Franulic en el Teatro Municipal de Antofagasta y a Violeta Parra en calle Lastarria (Santiago).

“Elegimos este retrato porque teníamos ganas de meternos en la veta de la memoria, en la ruta de la memoria”, comenta a BioBioChile Isabel González, integrante del colectivo.

“Hace mucho tiempo rayaba con la historia de Rodrigo Rojas de Negri. Siempre quise hacer algo relacionado con él, no sabía de qué tipo. Se dio la posibilidad y tiene mucho sentido hacerlo en este tiempo”, agrega la artista.

rodrigo rojas de negri
Cedida

La pieza mide 1.3 metros de largo por 74 centímetros de ancho, tiene un fondo azul y un corazón incendiado en el pecho de Rojas de Negri. A pesar que lleva días terminada, el colectivo aún busca un lugar para su instalación.

Tal como cuenta a BioBioChile Verónica De Negri desde Washington, una de las ideas que se barajan es llevarlo al colegio donde Rodrigo estudió en Valparaíso, el cual ahora lleva el nombre de Alimapu.

“Yo recibí una foto del mosaico ya construido, y me impresionó cuando lo vi porque era ver a Rodrigo”, recuerda De Negri. “Me contacté con los chicos y fui a conocerlos. Me estuvieron preguntando muchas cosas y hablamos sobre el lugar donde quería ponerlo. Para Chile, sería el lugar más adecuado la escuela donde estudió Rodrigo”, sostiene.

Verónica De Negri ha dedicado su vida a difundir en el mundo los hechos ocurridos el 2 de julio de 1986, cuando su hijo y Carmen Gloria Quintana fueron incinerados por efectivos del Ejército.

A su vez, ha recopilado material alusivo a otros casos de tortura en la dictadura chilena, en un trabajo que le ha valido invitaciones a universidades e instituciones ligadas a la defensa de los Derechos Humanos.

“Vamos a ver si logramos que el alcalde Sharp nos dé la autorización. No creo que él vaya a poner problemas… Donde estudió Rodrigo, antes era una escuela pública, entonces instalar el mosaico ahí nos hace reflexionar sobre la educación y cómo ha cambiado todo”, agrega.