La demanda contra los músicos Robin Thicke y Pharrell Williams por el plagio de una canción de Marvin Gaye terminó esta semana con una indemnización de cerca de 5 millones de dólares para la familia del fallecido intérprete.
El juez John A. Kronstadt, de California, ordenó a Thicke, Williams y su empresa editorial pagar 2,9 millones de dólares en daños. Aparte, Thicke tendrá que pagar otros 1,76 millones, mientras que Williams y su compañía, casi 360.000 dólares, informó la prensa local este jueves.
La familia de Gaye –abatido por su padre en 1984- introdujo la demanda en 2013, alegando que la canción más escuchada ese año “Blurred Lines” copiaba elementos del tema “Got to Give It Up”, que el legendario cantante escribió en 1976.
En el fallo final del 6 de diciembre, Kronstadt confirmó que la familia recibirá 50% de las regalías de “Blurred Lines” de ahora en adelante.
Inicialmente, en el primer juicio que terminó en 2015, un jurado de Los Ángeles ordenó que se pague a la familia Gaye 7 millones de dólares. El monto se redujo más tarde a 5,3 millones.
Ese veredicto fue confirmado en marzo por una corte federal de apelaciones.
La decisión inicial de la corte desencadenó una respuesta airada de muchos compositores, quienes argumentaron que había grandes diferencias entre las dos canciones en el centro de la batalla legal, incluyendo las melodías y las letras.
Williams, un popular compositor que tuvo otro gran éxito con “Happy”, dijo en una entrevista en 2015 que toda la gente creativa tenía inspiración.
“El veredicto perjudica a cualquier creador que esté haciendo algo que podría estar inspirado por otra cosa”, dijo en su momento. “Si perdemos nuestra libertad de ser inspirados, vamos a buscar un día y la industria del entretenimiento tal y como la conocemos será congelada en un litigio”, expresó.