El reciente accidente en París-Roubaix, donde un ciclista perdió una parte de su pantorrilla presumiblemente por un freno de disco, dejó en entredicho la seguridad en el uso de esta tecnología a nivel profesional en ruta. Te invitamos a revisar este invento y otros que se han desarrollado en la bicicleta en este último tiempo.
Después de que el 10 de abril pasado el ciclista español Fran Ventoso fuera lacerado supuestamente por el freno de disco de otro corredor, la UCI (Unión Ciclista Internacional) decidió suspender el uso de este mecanismo en el pelotón. Pero este hecho es sólo una pequeña parte de una polémica que lleva varios meses en desarrollo y que comenzó con la decisión de permitir la utilización de estos frenos en las carreras profesionales de ruta a principios de este año.
Varios deportistas se opusieron inmediatamente a la medida argumentando que eran una potencial arma cortante, que además pueden causar quemaduras por la alta temperatura que alcanzan. Sin embargo, la presión de la industria ciclista por introducir esta tecnología fue más fuerte. Recordemos que en las carreras los auspiciadores les entregan a los corredores bicicletas último modelo, beneficiándose ambos: el deportista con una bici tope de gama y el fabricante publicitando su producto.
Luego del accidente, Ventoso escribió una carta que compartió en Facebook en la que sostenía: “Quiero decir, antes de nada, que soy el primero en recomendar los frenos de disco, bien sea para ciclocross o para un ciclo deportista que sale con sus amigos a disfrutar de nuestro deporte. Pero en competición profesional (…) ¿de verdad nadie pensó que son peligrosos? ¿Que cortan, que son auténticas cuchillas gigantes?”.
Hace bastante más de una década que se ocupan los frenos de disco en el mountainbike y en las competencias de esta disciplina. José Antonio Riquelme, product manager de la marca Scott en Chile, explicó a BioBioChile (BBCL) que la diferencia está en que en las carreras de ruta hay una dinámica de pelotón, lo que conlleva un mayor riesgo de caída grupal.
“El freno de disco trabaja a altas temperaturas y, por el tema de desgaste, mantiene un nivel de filo que actúa como elemento cortante. En cambio, en el mountaibike la competencia es más individual, ya que la geografía del terreno no permite que se formen grupos masivos durante mucho tiempo. Esto mismo evita que en una caída otro corredor caiga encima del disco y sufra un corte o quemadura con éste”, señaló.
El español Ventoso, en su carta, quiso descartar las especulaciones de que la herida hubiera sido provocada por otra cosa. De este modo ahondó en las circunstancias en las que se accidentó, principalmente debido a que delante de él varios corredores habían caído al suelo.
“En el km 130 concretamente se produce una montonera y el correspondiente frenazo, que me hace impactar por detrás al corredor que tengo delante (…) No llego a caer -sólo mi pierna toca su parte trasera de la bici- y continúo. Al poco de reanudar la marcha, me miro la pierna: no me duele, no hay demasiada sangre, pero observo que parte del periostio está al descubierto. Veo la funda que recubre mi tibia”, declaró. Puedes leer la carta completa del deportista acá .
El debate no termina allí. Los corredores de ruta hace un tiempo que venían oponiéndose a los frenos de disco, por una parte por los riesgos y por otra porque son más complejos de reparar y en una competencia cada segundo cuenta. Debido a esto algunos piensan que dicho accidente fue la excusa perfecta para deshacerse de ellos.
BBCL conversó con Paul Thomas, rutero profesional de Estados Unidos y CEO del taller Carbon Fix, quien sostiene que estos “no son necesarios para las carreras de ruta y pueden ser vistos como peligrosos. No sólo hay un riesgo, sino que además realmente le hacen la tarea más difícil a los mecánicos y para cambios de ruedas en el pelotón”.
En cuanto a lo sucedido a Ventoso, hay dos cosas que se le critican: la primera es que en su carta declara haber seguido andando sin notar inmediatamente el corte, por lo cual no podría saber a ciencia cierta qué fue lo que le provocó la herida. Lo segundo, como bien se menciona en el sitio Bicycling Australia, es que la lesión se produjo en la pierna izquierda y los discos son montados en el lado izquierdo de la bici, por lo cual una de las dos bicicletas tendría que haber estado apuntando en la dirección contraria. Por lo mismo, algunos especulan que es posible que se haya lastimado con el cassette (sistema de cambios).
La investigación de lo que realmente sucedió sigue en curso. Sin embargo, John Bradley, editor en jefe de la revista de ciclismo VeloNews, denuncia en una columna de opinión que el daño ya está hecho y critica la decisión de la UCI de suspender el uso de estos frenos en las carreras de ruta como precipitada por basarse en un puro accidente aislado.
“(…) la UCI ha matado los frenos de disco en el pelotón profesional. ‘Matar’ quizá sea una palabra demasiado fuerte, pero es probable que no los veamos de regreso en competencias ‘pro’ por un largo tiempo. Introducirlos fue lo suficientemente contencioso. Reintroducirlos, después de validar cualquiera o todos los miedos removiéndolos de las carreras, será aún más difícil”, argumenta.
Las ventajas que traen los frenos de disco según Riquelme, de Scott, son que permiten una mayor potencia y control de la frenada bajo cualquier condición climática.
Un capítulo que aún no está cerrado y que vuelve incierto el futuro de este mecanismo para las carreras de ruta. Una tecnología, que como explica Richard Abrigo, inside sales representative de Specialized Chile, ya se encuentra hace un par de años en nuestro país para las bicicletas de ruta.
Otros desarrollos
Pero no sólo ha habido progreso en los mecanismos para frenar, la bicicleta ha experimentado grandes cambios en los últimos 15 años. Tanto Riquelme, representante de Scott, como Abrigo de Specialized coinciden en que el avance más importante tiene que ver con los materiales y específicamente en el uso de la fibra de carbono tanto para marcos como para accesorios: “Es una tecnología que usan los transbordadores espaciales y que llegaron a revolucionar este mundo bike, obteniendo bicis de poco peso y una gran rigidez”, explica Abrigo.
Riquelme añade que el desarrollo ha sido tal que las piezas de fibra de carbono “se encuentran a la par de las desarrolladas para autos de Fórmula 1 o para aviones de combate de última tecnología. Con estos materiales se han fabricado bicicletas de serie que logran estar bajo los 5,8 kg. como la Scott Addict SL 2016” (como referencia, la UCI exige un peso mínimo de 6,8 kg para las carreras).
Un desarrollo relevante en el mountainbike son las horquillas o suspensión delantera, cuyo objetivo es amortiguar en terrenos irregulares. Hoy en día son más inteligentes porque, como indica Abrigo, pueden detectar incluso el ripio del camino y desbloquearse y bloquearse por sí solas. En cuanto a la suspensión trasera, utilizadas en descenso y cross country, tienen un mayor nivel de ajustes que antes lo cual permite ir más rápido sin perder el control de la bicicleta.
Emily Batty probando nueva horquilla Fox
Emily Batty 32 Step-Cast from FOX on Vimeo.
Otro avance importante lo han experimentado los cambios de velocidades. Abrigo cuenta que de 5 cambios en los ‘70s se pasó a tener 11 en la actualidad. Y de funcionar a través de piolas metálicas, hace dos años se dio el salto a los mandos electrónicos con cable y en la actualidad incluso existen en el mercado los inalámbricos.
Una de las ventajas de los cambios electrónicos, según el sitio especializado Cycling Weekly es que funcionan con sólo apretar un botón y su rendimiento no empeora con los años o en condiciones medioambientales desfavorables, como sí ocurre con los mecánicos. Un punto en contra es que hay que recordar cambiarles las batería.
Cambios electrónicos inalámbricos de la marca SRAM
Las ruedas tampoco se han quedado atrás y es en la disciplina del mountainbike donde han experimentado el mayor nivel de modificaciones. Riquelme explica que hay nuevas medidas de tamaño que van desde la tradicional aro 26” a la más moderna 29er y 27.5”, como se puede ver en el catálogo de la marca Mavic .
¿Recuerdas cuando estuvieron de moda las bici-motos que zumbaban a lo largo de la ciudad? Bueno, hoy en día existe una versión mucho más sofisticada: se trata de bicicletas de alto rendimiento con motor interno. En un reportaje del sitio especializado Cycling Tips se explica que este tipo de motor fue creado para acortar la diferencia entre ciclistas que salen a pedalear juntos y que no tienen el mismo nivel, pero que ambos disfrutan de este deporte (por ejemplo un matrimonio).
La polémica no se ha quedado atrás con este desarrollo, ya que el motor va escondido al interior del cuadro de la bicicleta, entonces no se ve y tampoco es ruidoso, por lo que se teme pueda ser usado en carreras profesionales. Por esta razón actualmente la UCI escanea las bicicletas antes de las competencias, buscando lo que hoy se conoce como “doping mecánico”.
En efecto, ya tuvo lugar el primer caso de este tipo, cuya protagonista fue la corredora belga [http://velonews.competitor.com/2016/02/news/motorized-cheating-case-moves-forward_395125] Femke Van den Driessche a quien le descubrieron uno de estos motores en su bicicleta en una competencia en enero de este año. La deportista primero sostuvo que la bici no era suya, sino que de una amiga y la confundió por ser idéntica a la que usaba. Sin embargo, más adelante decidió no presentarse a declarar durante el juicio.
En Chile la marca Scott fue la primera en traer esta tecnología al país: bicicletas de tope de gama con motor eléctrico Bosch, denominadas bicicletas “E”.
Por último, otra innovación, es el reemplazo de la clásica cadena por correas que son más fáciles de mantener. Por ejemplo, no necesitan ser engrasadas, basta con echarles agua con un espray y por eso son mucho más limpias, además no hacen ruido, están hechas de carbono y su vida útil es el doble de una cadena regular. Sin embargo, y acá viene el gran pero, el marco de la bicicleta debe estar diseñado especialmente para ella.
Aunque con todas estas nuevas opciones comprarse una bicicleta ya no es tan sencillo como antes, porque hay muchas más variables en las cuales fijarse. Al menos no habrá que sudar la gota gorda como cuando se subía la cuesta con la bici de fierro. Eso sí, como cualquiera puede intuir, estos grandes avances también se traducen en mayores precios con bicicletas que pueden llegar fácilmente a los 15 mil dólares en Estados Unidos (unos 9 millones 800 mil pesos chilenos).