Una empresa noruega ha emprendido una búsqueda para dar con el famosísimo y mítico monstruo del lago Ness, sin embargo sus resultado han sido reveladores.
Lejos de hallar a la criatura, el equipo encontró a otra pero elaborada por el hombre. Fue la firma Kongsberg Maritime Ltd. que ha hecho un escaneo del lago, dando con una figura con similares características al monstruo.
Cuando se pensaba que se había dado con el criatura, los investigadores notaron que en realidad era una réplica falsa usada durante el rodaje de The Private Life of Sherlock Holmes de Billy Wilder, producida en 1970.
Fue gracias al robot Munin, que alcanza hasta 1.500 metros de profundidad, que dio con este falso monstruo de 10 metros, que se hundió durante el rodaje de la cinta.
Según contó la firma, la réplica tenía abultadas jorobas, por lo que el director mandó a cortarlas. Sin embargo al hacer eso, el diseño perdió estabilidad y con ello terminó hundiéndose en el fondo del lago.
El vehículo autónomo Munin permite “una visión a las profundidades del lago como nunca antes se había imaginado. ¡Encontrar a Nessie fue, desde luego, un bono inesperado!”, dijo Craig Wallace, ingeniero de Kongsberg Maritime, a pesar de la falsedad del objeto.
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La existencia de Nessie, una especie de dragón submarino cuyo supuesto avistamiento se remonta al siglo XVII, nunca ha podido ser verificado.
En 2013, el geólogo italiano Luigi Piccardi, afirmó que en realidad no existe ningún monstruo en estas aguas.
Según reveló en ese entonces el científico al diario italiano La Reppubblica, los avistamientos de la supuesta criatura en realidad se debían a un fenómeno de tipo geológico.De acuerdo al experto, quienes pensaron que estaban observando un enorme animal en el lago, vieron otra cosa: burbujas de gas que provenían de la actividad sísmica a consecuencia de una falla geológica en el fondo del lago.
“Hay varios efectos sobre la superficie del agua que puede estar relacionado con la actividad de la falla”, señaló Piccardi.
El especialista explica que varios testimonios que reunió para su investigación señalaron que el “monstruo” aparecía justo cuando temblaba. Eso sí estos movimientos telúricos nunca superaban los 3 o 4 grados de magnitud.
Además, complementó con que el mayor la mayor cantidad de avistamientos ocurrió entre 1920 y 1930, justo cuando la falla experimentaba un periodo activo.