Waldo Rojas Soto, representante de la constructora española Isolux y sindicado como “operador político”, enfrenta una investigación por soborno al director de finanzas de la Universidad de Santiago de Chile (Usach), Mauricio Carrasco Torres.

El funcionario habría recibido bolsos con dinero y pasajes para ver a Brasil-Chile en el mundial de 2014, a cambio de transferir dineros a la constructora, pese a que no cumplir con los plazos de construcción del Edificio Docente de la Usach, que se adjudicó en 2013 por $9,5 mil millones.

Los detalles de los pagos, según reveló The Clinic, se obtuvieron en la formalización de Mauricio Carrasco, donde el jefe de la Fiscalía Centro Norte, Andrés Montes, reveló el modus operandi de la empresa para llevar a cabo los pagos.

El tío de Natalia Compagnon y Mauricio Carrasco se reunieron en marzo de 2014 en un café de calle Huérfanos, donde este último recibió “un bolso negro, contenedor de la suma de quince millones de pesos en efectivo”, describió Montes ante el juez Eduardo Vásquez del Sexto Juzgado de Garantía, consigna el periódico.

En otro episodio, meses después Waldo Rojas volvió con un segundo bolso con “quince millones en efectivo” a un café de Avenida Apoquindo, lo que se tradujo en una transferencia de $118 millones para la empresa, que seguía sin ejecutar las obras correspondientes.

El fiscal Montes relató un tercer encuentro entre Mauricio Carrasco e Isolux, esta vez con el jefe de Waldo Rojas, Christian Manrique Valdor, quien le ofreció los pasajes y la estadía completa para ver el partido de Chile contra Brasil, en el mundial de 2014, el mismo del recordado “palo de Pinilla”.

Mauricio Carrasco habría aceptado todos los pagos, que escondía en bolsos en un ropero de su casa en el sector oriente de la capital.

La indagatoria del fiscal Montes describe además cómo la empresa ingresaba los dineros para el soborno sin despertar sospechas. Aquí aparece involucrado Fernando Cassorla, prestamista del mundo del fútbol y vendedor de publicidad a distintos partidos políticos.

Cassorla, a través de su empresa Tangerine, suscribió un contrato por $300 millones con Corsan-Corviam, filial de Isolux en Chile. Ante la empresa, el tío de Compagnon se habría presentado como “operador político” y la fiscalía indaga otros contratos que involucran a miembros de la Nueva Mayoría.

Entre los otros roles de Rojas como operador político, figuran testimonios en los que habría facilitado reuniones entre altos funcionarios del Ministerio de Obras Públicas y ejecutivos de Isolux.

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