El papa Francisco condenó “la conciencia insensible y anestesiada” de Europa ante el drama de los refugiados, al término del Vía Crucis nocturno del Viernes Santo en el Coliseo de Roma.

“¡Oh Cruz de Cristo, aún hoy te seguimos viendo en nuestro Mediterráneo y en el mar Egeo, convertidos en un insaciable cementerio, imagen de nuestra conciencia insensible y anestesiada!”, clamó el papa en una clara crítica al cierre de fronteras y al rechazo hacia los inmigrantes y refugiados.

“¿Cómo no ver el rostro del Señor en aquellos de los prófugos, refugiados, desplazados, que huyen desesperados del horror de la guerra, las persecuciones, las dictaduras?”, se mencionó además en las estaciones del tradicional Vía Crucis.

En cada parada se abordó un tema específico que preocupa al mundo, mientras la cruz fue cargada por fieles de numerosas nacionalidades, entre ellos latinoamericanos de Paraguay, Ecuador, Bolivia y México.

La cruz en las últimas estaciones fue llevada por los sirios Hadad Rana y Yusef Saghir y los hermanos franciscanos de Tierra Santa, en representación de regiones azotadas por los conflictos.