Al partir, quiero dejar en claro que soy colocolino, pero también soy hincha de la selección y gozo demasiado con La Roja. Sufrí las eliminaciones en los mundiales, sobre todo el partido con Brasil, y disfruté como nunca la Copa América. Quiero agregar que terminé por respetar a Jorge Sampaoli por todo lo que ha conseguido con Chile, independiente del equipo por el que hincho, y que siempre le estaré agradecido por llevar a los nuestros a tocar el cielo del continente.

Así como lo respeté, terminé desilusionado. El DT está en todo su derecho de querer buscar nuevos horizontes y emprender un nuevo desafío laboral, estamos claros. De hecho, es legítimo su deseo de ganar más, a todos nos gustaría ganar más. Pero, Sampaoli eligió la peor forma de expresar eso al pueblo chileno que disfrutó con los triunfos que le dio a La Roja. El enojo que hoy manifiesta la gente se lo ganó.

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Es sabido que su sueño es dirigir en Europa y a la selección argentina y que, aprovechando lo que ocurrió con Sergio Jadue, vio en esa situación una ventana para poder salir ya y no tener que esperar a 2018. Probablemente, si se quedaba hasta el Mundial de Rusia, cada cierto tiempo tendría pataletas para que volvieran a darle un aumento, como lo ha hecho en todo su proceso. No sé ustedes, pero estar en una pega donde cada cierto tiempo te suben el sueldo por amurrarse es una pega soñada. Pero eso no era suficiente para Sampaoli, a quien incluso le depositaban parte de su sueldo en el extranjero para no pagar impuestos, los mismos que ayudan a financiar la gratuidad en la educación que dijo apoyar en algún momento.

Hoy, al llegar al aeropuerto, un grupo de personas insultó al estratega en su regreso a Chile. Podrán ser desagradecidos con el técnico, dirán algunos, pero Sampaoli también lo es con este país. Chile le dio el éxito y la gloria. Chile le dio prácticamente todo lo que hoy tiene como DT, y pese a que en noviembre dijo que se quedaba, hoy quiere huir y dejar botada a la selección. Al parecer, la indagación de la justicia a su contrato puso la lápida a su presencia en el país. ¿Cómo no vamos a estar sentidos con él si teníamos la ilusión de pelear el mundial palmo a palmo con los grandes, después de lo que vimos en Copa América?

Estoy de acuerdo con quienes dicen que esta no era la forma en la que tenía que terminar su ciclo, con los hinchas en contra, pero desde la vereda de un ciudadano común y corriente, lo del calvo se ve ordinario. Poco profesional. Si se quería ir, por último lo hubiese sincerado después del partido con Uruguay, si era obvio lo que iba a pasar con la ANFP. Aún así estiró el chicle, no sin antes decir que se sentía un rehén y que no quería seguir acá. Lo hizo todo mal.

Lo triste es que Sampaoli insistía en que “la única forma de ser exitoso es unificando a los jugadores desde el amateurismo. Hay que tratar de encasillarlos en el amor a la camiseta”. Lamentablemente, lo que hoy muestra el DT es totalmente amateur, poco profesional, y cercano al amor al dinero. Se alejó de todo lo que pregonaba.

¿Por qué amor al dinero? Podría apostar que si la ANFP lo despidiera, cobraría igual la indemnización que no quiere pagar para irse y que él mismo acepto al firmar su nuevo contrato hace algunos meses. Y perdónenme, pero cualquiera que ofrece pagar 350 mil dólares en vez de 6,2 millones de dólares peca de sinvergüenza. Todo lo que está pasando hace creer que Sampaoli se mueve más por el dinero que por la pasión y duele, porque nos vendió una pomada totalmente distinta. Insisto, está bien que le gusten las lucas, pero no pida que lo comprendamos si antes tenía otro discurso.

Llegará el momento en que te irás y agradezco todo lo que le diste a este país, sobre todo la esquiva Copa América, pero terminaste todo mal. Pudiste haber sido recordardo como el más grande DT extranjero que pasó por Chile, pero la sombra de Bielsa y la forma que elegiste para dejar la selección van a opacar el legado que ganaste justamente con los jugadores. Te pido disculpas por cómo te recibieron en el aeropuerto, pero te lo buscaste. Nuevamente gracias y sinceramente te deseo que te vaya bien.