“Rogar” el voto no es suficiente para miles de españoles que viven en el extranjero y que no podrán participar en las históricas elecciones de este domingo, que podrían suponer el fin del bipartidismo que rige en el país desde que acabó la dictadura.

“Tenía mucho interés” por votar, “son unas elecciones decisivas para provocar un cambio, más que nunca quería votar y no poder hacerlo es bastante frustrante”, explica Karina Scarone, de 45 años, una uruguayo-española que se fue de España en 2013 por la crisis económica.

A Karina las papeletas no le han llegado a Montevideo a tiempo, a pesar de haber “hecho todo el proceso de voto”, algo que no entiende ya que lleva en Uruguay casi tres años y en las dos elecciones anteriores pudo votar sin problemas.

Tamara Marbán, en Chile, tiene el mismo problema que su compatriota. Aunque lo intentó, no ha podido votar en las últimas dos elecciones.

Originaria de Huesca, en el noreste de España, esta joven fotógrafa de 30 años cuenta que se inscribió a tiempo y lo intentó todo. “Que no tengan excusa, lo he hecho todo bien”, asegura. Pero la única carta que recibió fue una en la que se le denegaba el voto.

Y es que, para poder votar, los españoles que residen fuera del país deben sortear numerosos obstáculos que, para más inri, no siempre garantizan que puedan ejercer su derecho.

Tras la reforma de la ley electoral en 2011, deben solicitar la documentación electoral, en lo que se denomina “voto rogado”, es decir, pedir poder votar. Después de este proceso deberían recibir las papeletas y votar sin problemas, pero muchos españoles en el extranjero denuncian que esto no es tan fácil.

Borja González, un periodista de 25 años que vive en México desde 2013, tampoco lo podrá hacer. En abril se registró en el consulado general de España, para las elecciones de mayo sí pudo votar, pero esta ocasión no ha tenido tanta suerte.

Para Borja es “muy anacrónico y muy antidemocrático que en el año 2015 tengas que rogar por un derecho tan básico como es votar”. Para Tamara “es injusto” y para Karina “es un robo” aunque en el Consulado de España en Uruguay aseguran que su caso es una excepción y que a “la mayoría (de los solicitantes) les ha llegado”. Según el cónsul general adjunto, Juan Lugo, se han pedido 4.023 votos rogados y “la gente que ha querido votar, vota”.

Pero Lugo reconoce que desde la implantación del voto rogado “ha habido un descenso de participación”, aunque, señala, las causas pueden ser muy variadas.

Las elecciones del domingo están llamadas a permitir la entrada, sin precedentes, en el parlamento de dos nuevos partidos, Podemos y Ciudadanos, decididos a cambiar un país trastocado por la crisis.

Desde 1982, el conservador Partido Popular, actualmente en el gobierno, y su rival socialista, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) se alternan en el poder.

#RescataMiVoto

Ante el aumento de impedimentos para votar, la imaginación de los votantes se despertó.

A través del movimiento Marea Granate, una plataforma que creció de la mano de los “indignados” que llenaron la Puerta del Sol en Madrid en 2011, se creó la iniciativa #RescataMiVoto, que pone en contacto a abstencionistas voluntarios con expatriados que quieren votar y no pueden.

Hasta ahora se han “rescatado” unos 3.000 votos, pero para el domingo se espera que la cifra aumente hasta 11.000, según María Almena, portavoz de Marea Granate.

Almena denuncia que el voto rogado se traduce en una caída de la participación en un 85% desde que se instauró la ley, teniendo en cuenta que el censo emigrantes no para de crecer.

Desde el inicio de la crisis, España ha visto cómo sus nacionales partían al extranjero en busca de mejores oportunidades.

Con una población de 46,4 millones de habitantes el 1 de julio de 2015, según el Instituto Nacional de Estadística, España perdió casi 400.000 habitantes desde principios de 2012.

En 2014, 80.440 españoles dejaron el país (después que 73.329 lo hicieran el año anterior) y se espera que 2015 bata un nuevo récord.

Si antes de la reforma la participación fuera del país rondaba el 35%, para las elecciones del 20 de diciembre Marea Granate estima que la participación estará “alrededor de un 4%”.

Cuanta más gente hay fuera del país, más cae la participación, y “este año será mínimo histórico”, vaticina Almena, lo que considera “intolerable”.

Pero Marea Granate no es la única organización que ha llamado la atención sobre las complicaciones para votar desde el extranjero. La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) expresó poca satisfacción con el proceso para votar fuera de España.