Cazas turcos derribaron este viernes un dron, cuya nacionalidad y tipo no han sido de momento precisados, que había violado el espacio aéreo de Turquía cerca de la frontera con Siria. Desde Estados Unidos aseguran que pudo ser de origen ruso.

El aparato fue derribado por aviones de la aviación turca “tras haber recibido tres advertencias”, precisó el Estado mayor, sin decir de qué tipo de aeronave se trata. Sin embargo un responsable turco indicó a la AFP que el artefacto derribado era “un dron”.

“No hemos identificado a quién pertenece”, dijo el ministro turco de Exteriores, Feridun Sinirlioglu. “Lo anunciaremos una vez que se determine la nacionalidad”. El aparato se estrelló “a tres kilómetros” en el interior del territorio turco, añadió.

La cadena de televisión privada NTV difundió fotos de militares examinando el lugar donde cayó el aparato.

El incidente se produce días después de que Turquia denunciara que los aviones rusos que operan en Siria habían violado en varias ocasiones su espacio aéreo.

En Moscú, el ministerio de Defensa aseguró inmediatamente que todos los aviones rusos implicados en Siria habían retornado a su base y que todos los drones rusos “funcionan normalmente”.

“Los drones rusos, que vigilan la situación en Siria y hacen labores de inteligencia, funcionan normalmente, como está previsto”, dijo el portavoz del ministerio ruso de Defensa, Igor Konashenkov, citado por la agencia oficial TASS.

“Nuestras normas son claras para cualquiera que viole nuestro espacio aéreo”, había declarado el 5 de octubre el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu. El dirigente dijo que el ejército turco había recibido la orden de interceptar todo, “incluso un pájaro”.

Un funcionario estadounidense, que pidió mantener el anonimato, contradijo la afirmación de Moscú de que no perdió ninguno de sus drones y aseguró que “todo indica que sí, es un dron ruso”. Añadió que no tienen información de que el ejército sirio utilice ese tipo de dron.

Desde hace dos semanas, la aviación rusa bombardea a diario a lo que califica como “blancos terroristas” en Siria, tanto del grupo Estado Islámico como de rebeldes “moderados” que luchan contra el régimen de Damasco.

La intervención, calificada el jueves de “craso error” por el canciller turco, y las incursiones repetidas, han tensado las relaciones entre Turquía, que pide la renuncia del presidente sirio Bashar al Asad, y Rusia, aliada del gobierno de Damasco.