Venezuela volvió a expresar molestia contra Chile, luego que nuestro país cuestionara la condena de cárcel que recibió el líder opositor Leopoldo López. Esta vez fue el propio presidente Nicolás Maduro quien se refirió a la situación.

Recordemos que la semana pasada, el canciller chileno Heraldo Muñoz pidió que se respete el “debido proceso” en el caso Leopoldo López, quien fue condenado a más de 13 años de presidio por incitar a la violencia durante protestas antigubernamentales en 2014, y afirmó que el ministerio de Relaciones Exteriores sigue los hechos con “mucho interés”.

Esto molestó a Venezuela, cuyo Gobierno emitió un comunicado esta semana acusando a Chile de intervenir en asuntos internos de esa nación, y exigiendo que la Cancillería “evite inmiscuirse” en el tema.

En respuesta a ello, nuestro país reiteró su preocupación y aseguró que “bajo ningún concepto puede considerarse como una intervención en los asuntos internos una expresión respetuosa sobre los derechos humanos y garantías fundamentales en otro país”.

Al parecer, esto no agradó al Gobierno venezolano, ya que ahora fue el propio presidente Nicolás Maduro quien respondió en duros términos a las explicaciones de Chile.

En su programa Contacto con Maduro, el mandatario sostuvo que “nadie nos va a chantajear. Nosotros con la justicia, estamos defendiendo el derecho a la libertad, a la democracia de Venezuela, y estamos vacunando a la Patria de un Pinochet o de algunos pinochetistas. No vengan a darnos lecciones de justicia, nadie en este mundo. Así lo digo. Llámese como se llame”.

En ese sentido, añadió que “si Venezuela tiene que enfrentar al mundo entero y quedarse sola por defender su derecho a la paz, a la justicia y a la democracia, así lo haremos. Que lo escuchen bien por Washington”, según informó el portal argentino Infobae.

Asimismo, Maduro recalcó que ya pasó el tiempo de los “gorilas”, palabra con la que calificó a los dictadores de los años ’70 y ’80 en Sudamérica.

En su declaración oficial anterior, el Gobierno de Venezuela se había referido en términos similares a Chile, diciendo que “para la República Bolivariana de Venezuela es norma fundamental abstenerse de pronunciarse sobre los asuntos domésticos de cualquier Estado soberano. Así por ejemplo, sería absolutamente impensable para las autoridades nacionales emitir opinión sobre el tratamiento judicial y las denuncias sobre violación sistemática de los derechos humanos contra el pueblo Mapuche, o sobre la impunidad de los autores de crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura pinochetista”.

“Igualmente sería impensable emitir juicios sobre la privatización de la educación en Chile, que vulnera Derechos Humanos de mayorías que no acceden a la educación; o emitir pronunciamientos sobre la vigencia en pleno siglo XXI de la Constitución impuesta por la dictadura de Pinochet. Venezuela jamás ha emitido ni emitirá opiniones sobre estos graves asuntos que vive Chile”, agregó el Ejecutivo venezolano en esa ocasión.