Miles de migrantes llegaron el sábado a Austria y Alemania procedentes de Hungría, una crisis que va a “perdurar” y a la que el mundo deberá “prestar más atención”, advirtieron responsables internacionales.

“Estamos frente a una situación dramática. No es una emergencia, es algo que durará”, estimó la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, tras una reunión de ministros de Exteriores de la UE en Luxemburgo.

“Cuanto antes lo aceptemos más rápido podremos responder de manera efectiva”, añadió.

Al menos 500 personas bloqueadas en Hungría desde hace varios días en condiciones agotadoras emprendieron una caminata desde la estación central de Budapest hacia la frontera austríaca, a 175 km, según constató la AFP.

El viernes hicieron otro tanto unos 1.200 migrantes, lo que obligó a las autoridades húngaras a conducirles a ellos y a miles más en autobús hasta la frontera. Según la policía austriaca, 123 autobuses fletados en Hungría llegaron a la frontera, pero el jefe de la policía húngara anunció que no se fletarán más autobuses para los migrantes.

Austria preveía la llegada de 10.000 inmigrantes sólo este sábado, de los cuales muchos seguirán su ruta hacia Alemania, que espera el arribo de unos 7.000. Ambos países han dado su acuerdo para acogerlos.

Según el dominical The Sunday Times, el Gobierno Británico está dispuesto a acoger a 15.000 refugiados sirios y espera obtener la autorización de los parlamentarios para realizar ataques aéreos contra los traficantes y contra el grupo yihadista Estado Islámico.

“Estoy en la frontera con Hungría y veo lo que pasa. El flujo de personas continúa”, cuenta Hans Peter Doskozil, jefe de la policía del Estado de Búrgenland (este de Austria), describiendo un éxodo que no se veía en Europa desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

“Lejos de terminarse”

Austria contabilizaba el sábado por la tarde la llegada de 6.500 migrantes. En la estación de Viena, los recién llegados, envueltos en mantas, y algunos con niños dormidos en los brazos, fueron acogidos por numerosos voluntarios que acudieron con comida, bebidas, jabones y billetes de tren.

“Me duelen los dedos de los pies, me están sangrando. Hemos caminado demasiado. Quiero ir hasta Alemania, pero ahí me paro”, cuenta a la AFP en Viena un sirio de 26 años, originario de Homs (centro), con los pies vendados.

En Alemania, cientos de migrantes llegaron a la estación de Múnich este sábado, y fueron trasladados de inmediato a centros de acogida en la ciudad. Se espera la llegada de otros trenes en Fráncfort (oeste) y Turingia (centro).

La canciller Angela Merkel aseguró que buscará mantener el equilibrio presupuestario, pese al costo que representa la acogida de refugiados. El diario Frankfurter Allgemeine Zeitung evalúa este costo a 10.000 millones de euros para 2015, cuatro veces más que el año pasado.

Más de 10.000 personas se manifestaron en París y otras ciudades francesas el sábado en solidaridad con los inmigrantes.

El ministro húngaro de Relaciones Exteriores, a cuyo país llegaron más de 50.000 migrantes en agosto, se defendió este sábado de las críticas.

“Lo que ha sucedido en Hungría desde la noche pasada es para empezar la consecuencia del fracaso de la política migratoria de la Unión Europea“, dijo Peter Szijjarto.

Según él, tienen también la culpa “las declaraciones irresponsables” de Alemania, que anunció que ya no expulsará a los refugiados sirios al país por el que entraron en la UE.

El expresidente francés Nicolas Sarkozy se pronunció este sábado a favor de la creación de “centros de retención” en el norte de África, Serbia o Bulgaria, donde se otorgaría el estatuto de refugiado político a los migrantes antes de entrar en el espacio Schengen.

El líder del partido español de izquierda Podemos y eurodiputado Pablo Iglesias abogó este sábado en París por que los refugiados puedan pedir asilo en sus países de origen.

“Desorden” en Europa

Mientras tanto, siguen llegando cientos de inmigrantes a las islas griegas del Egeo oriental desde las costas de Turquía, según el ministerio de la Marina.

En la isla de Lesbos, que recibe la mitad de ese flujo, hubo este sábado breves incidentes entre la policía y refugiados, que protestaban ante su centro por la lentitud de su inscripción, previa a su partida hacia Atenas, según imágenes de la televisión griega.

En el terreno diplomático, el ministro austríaco de Relaciones Exteriores, Sebastian Kurz, pidió a la Unión Europea (UE) que “abra los ojos” ante la crisis migratoria, que ha creado un gran “desorden” en el continente.

Los países de la UE están bajo presión para dar muestras de solidaridad después de que más de 366.000 personas cruzaran el Mediterráneo en lo que va de año, y que más de 2.800 murieran en el intento, según la ONU.

El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Antonio Guterres, instó el viernes al reparto de al menos 200.000 solicitantes de asilo en la Unión Europea. La víspera, la Comisión Europea había propuesto el reparto de 120.000.

Las imágenes del niño sirio Aylan Kurdi, encontrado ahogado el miércoles en una playa turca provocaron una profunda emoción en el mundo y suscitaron un impulso solidario. Una pequeña ONG maltesa, Moas, recaudó 1,5 millones de euros de donaciones en menos de tres días, frente a un máximo de 10.000 euros por día antes.