La violencia que golpea a El Salvador se recrudeció en los últimos días, con al menos 125 homicidios registrados entre domingo y martes pasados. La mayoría de las víctimas son miembros de pandillas, según informó este miércoles la policía.

“En los últimos tres días hemos tenido un incremento de los homicidios, se contabilizan en ese período 125 personas fallecidas y las víctimas en su mayoría son miembros de las pandillas”, declaró a la prensa el director de la Policía Nacional Civil (PNC), comisionado Mauricio Ramírez.

Ramírez, dijo que “no se trata de una tendencia” que se mantendrá en el tiempo y precisó que el domingo se contabilizaron 40 muertes, el lunes 42 y el martes 43 homicidios.

“Son cifras que preocupan, son salvadoreños los que están muriendo, indistintamente que se trate de pandilleros”, comentó.

En tanto, el subdirector de la PNC, comisionado Howard Cotto, señaló sin entrar en detalles que la zona oriental del país es la más afectada por el repunte de los homicidios.

Por su parte, el ministro de Justicia y Seguridad, Benito Lara, consideró que el incremento de los homicidios es “una reacción de las pandillas al trabajo operativo” de las autoridades, al mismo tiempo que buscarían empujar al gobierno a establecer un diálogo con ellos.

“Quieren ejercer cierta presión y que el gobierno acceda a alguna peticiones y pretensiones que tienen”, sostuvo Lara.

Sin embargo, el presidente Salvador Sánchez Cerén ha cerrado repetidamente toda posibilidad de diálogo con las pandillas.

El Fiscal general, Luis Martínez, ha advertido con aplicar la ley a quien establezca alguna negociación o diálogo con las violentas pandillas, a las que califica de “grupos de delincuentes terroristas”.

La pandilla Barrio 18, en un pulso de fuerza con las autoridades ante la exigencia de diálogo, ordenó un boicot al transporte público entre el 27 y el 30 de julio pasados, que dejó siete conductores asesinados.

Según cifras oficiales, entre enero y julio se registraron 3.332 asesinatos en el país, contra 2.191 en el mismo período de 2014, en gran parte atribuido a las pandillas.

Estos grupos delictivos cuentan con al menos 72.000 miembros, de los cuales 13.000 se encuentran en prisión por delitos que van desde extorsión hasta asesinato, según las autoridades salvadoreñas.