El gran protagonismo que tiene la música en esta comedia negra asoma como el principal contenedor y articulador emotivo de un montaje, que en momentos se ahoga en su propio vértigo.
Es un universo sonoro con vida propia, creado por (Me llamo) Sebastián, cuya musicalidad recia constituye referencia y ambiente sólido para los cambios de rol y humor descarnado de la obra.
Todo en función de resaltar lo virulento que es la discriminación que sufre el mundo gay y de las lesbianas, a través de arrinconar a los heterosexuales y tratarlos como si fueran parte de un grupo minoritario.
Y se manifiesta desde la partida, con el recurso del humor corrosivo, la ironía gruesa, el travestismo sin disimulo y una velocidad escénica sin freno.
“Heterofobia” (escrita por Pablo Dubott) y “Sangre como la mía” (versión escénica de la novela homónima de Jorge Marchant) forman parte de la Trilogía Identidad y Memoria Homosexual en Chile que dirige Jimmy Daccarett.
Teatro en el teatro
A una convención muchas veces utilizada recurren los realizadores para desarrollar su relato: teatro dentro del teatro.
Un grupo de gay y lesbianas quiere crear un montaje que valore la homosexualidad e instale lo heterosexual como el sector discriminado.
Maximiliano Jorquera
Para disponer de un soporte artístico acepta la participación de una actriz profesional, interpretada por la comediante Tatiana Molina.
Apenas empiezan los ensayos surgen en el elenco discrepancias, ya que hay intereses y libretos que no encajan.
Esta mezcla explosiva facilita rivalidades de todo tipo, conflictos que mantienen a la invitada en total desorientación.
Lo interesante radica en que también, poco a poco y en sordina, se filtran algunos secretos y un posible crimen.
Sobre todo cuando aparece un hombre semidesnudo y sangrante: no se sabe si es un heterosexual secuestrado y maltratado de verdad u otro personaje de la obra afiebrada que se intenta montar.
Más de una frontera
En la frontera entre realidad y ficción se mueve esta propuesta cuyos desvaríos extremos y alocados buscan instalar como crimen de odio, la discriminación por género, identidad de género u orientación sexual.
El director mueve al numeroso elenco de nueve personas, principalmente a través de movimientos coreográficos veloces, una opción con pocas variantes, más aún si predomina el alto volumen de las voces.
Las experimentadas actrices Marcia Pavez y Tatiana Molina hacen aportes significativos al montaje en cuerdas mejor calibradas.
Leopoldo Pulgar
Sin embargo, como prevalece el recurso cómico, sobresale sin contrapeso el actor Cristián Gajardo, un comediante nato que, incluso, abusa de su capacidad expresiva.
Una propuesta de teatro joven que reflexiona sobre un tema importante a través de una opción que corre el riesgo de ser interpretada como propaganda homosexual, una frontera que -tal vez- también convenga evaluar.
Leopoldo Pulgar Ibarra
Periodista
Gam. Alameda 227. Fono 2566 5500. Jueves a sábado, 21:00; domingo, 20:00 horas. $6.000 entrada general; $4.000 estudiantes y tercera edad. Hasta el 16 de Agosto.