Japón tiene intención de seguir con su controvertido programa de caza de ballenas, aunque la Comisión Ballenera Internacional (CBI) no ha conseguido determinar si este era “científico” o no, indicó el principal negociador japonés, citado el sábado por la prensa.
“No hay ningún cambio en nuestro programa”, que prevé capturar 3.996 pequeños rorcuales (o ballenas de Minke) en el Antártico en los 12 próximos años, declaró Joji Morishita, el principal negociador japonés en la CBI, citado el sábado por los medios locales.
“El comité científico no pudo alcanzar un consenso sobre el conjunto del programa (de caza de ballena japonés)”, explicó la CBI en un informe. “Algunos científicos han considerado que las informaciones adicionales aportadas por Japón eran suficientes para autorizar el programa, otros no”, añadió.
El informe presentaba las conclusiones de la reunión anual de los 200 expertos que forman el comité científico de la CBI, congregados durante dos semanas en San Diego, en el oeste de Estados Unidos, entre el 22 de mayo y el 3 de junio.
Japón tuvo que renunciar a cazar ballenas en el Antártico en la temporada 2014-2015 por culpa de una orden de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), que consideró que los japoneses practicaban esa actividad con fines comerciales.
A finales de 2014, el país asiático presentó a la CBI un nuevo programa de caza de cetáceos con objetivos científicos.
Según su nuevo plan, el país asiático tiene previsto reducir su objetivo anual de pesca a 333 pequeños rorcuales, frente a los cerca de 900 que cazaba en su anterior programa.
Tokio cree que ese nivel de capturas es “necesario” para recoger informaciones sobre la edad de la población ballenera y fijar un límite para la pesca, que no ponga en peligro la supervivencia de la especie.
Pero el argumento no convence a las organizaciones defensoras de los animales.
Japón mató a 251 pequeños rorcuales en el Antártico en la temporada 2013-2014 y 103 el año anterior.