Hace unos meses el mundo se remecía con el cambio físico que estaba sufriendo Caitlyn Jenner. Muy pocos entendían esta transición de hombre a mujer del padre de las socialités más famosas del mundo. Los rumores comenzaron a correr y ningún miembro de la familia hablaba.

La transición de género se refiere específicamente al cambio que sufren las personas transexuales al someterse a operaciones quirúrgicas para cambiar de sexo, acompañado de tratamientos hormonales.

Para muchos la sorpresa de que un hombre que se ha casado y divorciado tres veces, con seis hijos y cuatro adopciones, quisiera ser mujer, fue grande. Sin embargo, nacen ciertos puntos imprescindibles de discutir a partir del remezón mundial que causó Caitlyn.

La psicóloga y especialista en salud y terapias sexuales, Laura Leal, explica que no son pocas las personas que comienzan a vivir su sentimiento de transexualidad en la etapa adulta, sin embargo, la mayoría de las veces “no es que no se den cuenta en tiempo tardío, sino que lo han negado, ocultado o no han sabido distinguir lo que les pasa”.

Aunque el panorama está cambiando lentamente, los grupos de diversidad sexual solían centrarse únicamente en personas homosexuales, hombres por lo general, y el tema de transexualidad se ocultaba, por miedo a la vergüenza o rechazo por parte de la comunidad heterosexual, la que “a duras penas aceptaba la homosexualidad”.

En este sentido, Magdalena Fabbri, directora de la Asociación OTD Organizando Trans Diversidades, explica que “Muchas personas trans deciden, finalmente, realizar su transición de género en la adultez media, luego de formar familias e hijos. Esto sucede, comúnmente, porque las personas no han recibido suficiente información respecto a los derechos sexuales y reproductivos de todas las personas, sin distinciones”.

“Frecuentemente, las personas confunden identidad de género con orientación sexual, o tienen entendido que las personas trans no pueden reproducirse de forma contrahegemónica. Es por esto que sienten que realizar la transición es un impedimento para seguir un proyecto de vida considerando, especialmente, que vivimos bajo un modelo de heterosexualidad obligatoria, invisibilizando a las identidades LGTBIQ y sus derechos fundamentales”, continúa.

“La visibilidad trans” comenzó a trabajarse por grupos políticos transexuales que, cansados de la supremacía homosexual masculina en la agenda pública, tomaron rienda a sus demandas exigiendo que el Estado se hiciera cargo de los Derechos Humanos, “que en Chile pocas veces se han respetado”, agrega Leal.

“Lamentablemente, fue tarea del DSM, Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales, el visibilizar a las personas trans, identificándolas como ‘aquellas personas que sufren un trastorno de su identidad de género’, asociándolo a vivir en un ‘cuerpo equivocado’. Este hecho al mismo tiempo, arrastró una percepción negativa. Al ser parte de la “Biblia de los enfermos mentales”, provocó que muchas personas hasta el día de hoy no asuman su transexualidad como tal”, comenta la especialista.

Dinero transexual

Leal comenta que es “muy distinto es ser un personaje público, exitoso y con los recursos suficientes para costear operaciones y comprar hormonas en el sector privado a ser una persona de barrio, de escasos recursos y que deba someterse a las políticas de salud del sector público”.

En este sentido las posibilidades de un hombre o de una mujer, de más de 65 años de edad, con familia e hijos, de vivir un proceso de re-asignación de sexo es complicado, tantos por los factores económicos, sociales, culturales y religiosos en los que una sociedad se ve inmerso y de los cuales es muy difícil escapar sin ser juzgado por el resto de las personas que siguen normas sociales dogmáticas.

“Ser una persona adulta dificulta y hasta puede llegar a negar cualquier posibilidad de cambio de vida, por ejemplo divorciarse, cambiar la apariencia física, empezar a vivir de nuevo, explicar que puedes ser transexual y que tu orientación de género es distinta a la manera en la que te sientes por dentro, entre otros”, argumenta Leal.

El panorama es avasallador. En la etapa adulta las oportunidades de encontrar trabajo o pareja se reducen considerablemente. La socialización se vuelve un terreno complicado y deriva en depresiones, constantes frustraciones y bajas anímicas que terminan en el declive social.

“Cabe destacar, que dentro de esta cultura, el machismo es muy relevante, en tanto mientras más adulto eres, más dama o caballero debes ser, lo que se traduce en ser ‘más mujer de hogar que cría, cuida hijos y realiza las labores domésticas’, y por el contrario (el binomio) mientras más viejo, más debes ser ‘un macho recio, proveedor, de trabajo, mujeriego y de esfuerzo’”, sentencia Leal.

Dentro de estos estereotipos que normalmente se ven como “normales o positivos”, según la especialista, impiden que las personas mayores puedan vivir o al menos mencionar que son personas trans que han vivido en un cuerpo que no lo sienten como suyo y que necesitan probarse a si mismos hasta buscar su comodidad.

“El registro de personas que asumen su transexualidad a avanzada edad, nos muestra también que hay una resignación mezclada con frustración por ya tener menos posibilidades de comenzar un tratamiento hormonal y mucho más lejos de poder obtener la deseada re-asignación sexual. Por lo que muchas veces se conforman con vestir, la mayoría de los casos “sutilmente” como desean, sintiendo que ya no pudieron obtener “el cuerpo deseado o correspondido”, lamenta Leal.

Jenner al ataque

“Mi cerebro es mucho más femenino que masculino. A muchos les cuesta entenderlo, pero eso es lo que es mi alma”, explicó la ex atleta y medallista olímpica Caitlyn Jenner en una entrevista hace unos meses.

En la misma entrevista, Jenner, comentó lo difícil que había sido vivir tres matrimonios y cómo estos habían llegado a un fin por la misma razón que hoy lo tenía en el ojo del huracán: su transexualidad.

Sin embargo, en este sentido Jenner dio un paso más adelante que cualquiera dentro de la televisión estadounidense. Explicó que a pesar de sentir que es mujer, de que su cerebro es más femenino que masculino, que cuando ganó la medalla en los Juegos Olímpicos de Montereal se sentía sumamente confundido con su cuerpo y lo que era ser hombre en esos años; ella, hoy en día, continúa sintiéndose atraída por mujeres, dejando en claro que la identidad de género es algo sumamente distinto a la orientación sexual, algo que para muchos aún es inconcebible.

Los patrones sociales afectan el sentimiento de las personas. No sólo transexuales, homosexuales, pansexuales o asexuales se ven limitados por la sociedad o el machismo, son diferentes las consecuencias que limitan el vivir pleno de las personas.

El machismo, por ejemplo, no sólo afecta a Caitlyn Jenner o quienes están en el mismo escenario que ella, afecta a hombres y mujeres, independiente de su orientación sexual, afecta también a personas que no se identifican como hombre o como mujer, afecta a homosexuales, lesbianas, a parejas de edades distintas, a gordos y flacos.

“El machismo sentencia normas sociales que estandarizan la libertad propia del ser humano a desenvolverse en un ambiente que le pertenece. En este caso es en la transexualidad donde se ve más a flote la discriminación y misoginia, pero también hay hechos que clavan en lo más profundo de personas que no están de acuerdo con la hegemonía machista y heterosexual que obliga a los demás a vivir enjaulados”, finaliza la psicóloga.