El Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin), a cargo de la Red Nacional de Vigilancia Volcánica de Chile, advirtió sobre la alta probabilidad de que se registren “lahares secundarios”, es decir, aluviones volcánicos causados por la removilización del material piroclástico del volcán Calbuco, a raíz de las lluvias que se prevén para las próximas semanas.
La institución geológica elaboró un mapa de riesgo específico para facilitar las zonas que se verían más afectadas por el fenómeno que afectaría al volcán, ubicado en el límite de las comunas de Puerto Varas y Puerto Montt, entre los lagos Llanquihue y Chapo, en la región de Los Lagos, y tiene en su entorno a las localidades de Ensenada, Alerce, Colonia Río Sur, Correntoso y el camino internacional entre Puerto Varas y San Carlos de Bariloche (Argentina).
El director nacional de la entidad, Rodrigo Álvarez Seguel, explicó que “hay lahares primarios, que surgen de la interacción de cuerpos calientes -lava, flujo piroclástico, balísticos- con hielo, nieve o agua en caso de haber un lago, que genera inundaciones repentinas. Ahí está el caso de los lahares del 3 de marzo en el volcán Villarrica, y la mayoría de los lahares que se han generado en el pasado en volcanes como el Osorno, Llaima, Chillán, o Hudson, incluyendo por supuesto lo que ha pasado en días recientes en el Calbuco, donde se han formado lahares en diferentes valles como el del río Blanco-Sur, posteriormente transformado en inundaciones hacia el Lago Chapo y sector de Correntoso”.
“Pero también hay lahares secudarios, que surgen de la removilización de material piroclástico inestable, dejado por la caída de cenizas y pómez, o bien por el emplazamiento de flujos piroclásticos. Estos últimos son los que podrían observarse en los próximos días o semanas en la zona del volcán Calbuco, razón por la cual nos corresponde informar al sistema de protección civil: autoridades, Onemi y a la comunidad en general”, agregó.
La autoridad comentó que “el tema de los lahares secundarios es un aprendizaje vivencial de la erupción del volcán Chaitén, que en 2008 golpeó al pueblo del mismo nombre con lahares secundarios, porque se había acumulado ceniza en la superficie, la que fue arrastrada cuando vino la lluvia. O sea, Chaitén es el ejemplo icónico de destrucción de un pueblo por lahares secundarios”.
Por su parte, el jefe de la Red Nacional de Vigilancia Volcánica del Sernageomin, el volcanólogo Luis Lara, informó que la intensidad y alcance de un lahar secundario “está determinada por factores tales como el espesor de la cubierta piroclástica, la pendiente de la superficie donde se encuentra el depósito, la intensidad de las precipitaciones y otros como la granulometría del material. En palabras simples, existe un factor de seguridad que puede calcularse para estimar áreas susceptibles a la ocurrencia de este proceso. Podría decirse que lás areas más sensibles son aquellas donde se acumuló más de 30 cm de material sobre laderas de más de 35° de pendiente”.
Análisis de riesgo
“Los valles que descienden hacia el río Petrohué en el sector situado al este de Ensenada y otros del sector de Ralún también son específicamente susceptibles, a lo que se suma obviamente los valles que descienden del volcán Calbuco, especialmente los que han sido afectado por flujos piroclásticos y lahares primarios, porque albergan una cantidad importante de sedimentos. Todos los cauces indicados, en una franja de al menos 200 metros a cada costado, deben considerarse zonas de peligro en la condición actual y frente a precipitaciones intensas”, declaró la entidad.
En la parte alta del volcán Calbuco el material depositado puede alcanzar más de 1 metro de espesor en las laderas. Este material escurriría hacia el fondo de los valles generando inundaciones aguas abajo, especialmente cuando las pendientes de las laderas son altas. Se focaliza la preocupación hacia el sur donde está el Lago Chapo y el sector de Correntoso; y también hacia el este donde se encuentra el Río Caliente (que se une al Río Hueñu-Hueñu y posteriormente al Petrohué hacia Ralún). Se evalúa la disponibilidad de material nuevo en los cauces que van hacia el oeste, donde está el río Pescado) y hacia el norte donde está el río Tepú.
El Sernageomin ha estimado que durante la primera semana del ciclo eruptivo iniciado el 22 de abril, el volcán Calbuco ha emitido 210 millones de metros cúbicos de cenizas.