Aumenta la presión sobre Sebastián Dávalos Bachelet, director sociocultural de La Moneda e hijo de la presidenta Michelle Bachelet, quien está bajo la lupa de la opinión pública por los negocios de la empresa Caval, cuyo 50% pertenece a su esposa, Natalia Compagnon.

Dávalos es cuestionado porque gestionó directamente un crédito de $6.500 millones ante el dueño del Banco de Chile, Andrónico Luksic, para comprar un terreno en Machalí que dejó $2.500 millones como ganancias para la compañía de Compagnon.

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El senador de Renovación Nacional, Manuel José Ossandón, conversó sobre esta materia con el programa Podría ser otra cosa.

El legislador declaró que “uno puede entender a la presidenta porque es mamá, y las mamás siempre nos defienden hagamos lo que hagamos, pero él, el niño tiene que ser una persona súper responsable, porque él ha demostrado que es un muy buen comerciante, pero un pésimo servidor público, y no calcula para nada el daño que le hace a su madre”.

“Esto es tan grave como el caso Penta, es una forma distinta de tráfico de influencias y al final termina en una cosa que nadie se atreve a decir, que se llama corrupción“, añadió.

Ossandón insistió que “el hijo de la presidenta se transforma en el símbolo de lo que Chile no quiere, que en vez de la meritocracia y el sacrificio, sea el pituto y el contacto que (lo que) uno tenga para surgir”.

“Lo grave es que el hijo de la autoridad más alta de la República, siendo una simple pyme, se consiga un crédito con un banco. El banco presta sin garantía $6.500 millones. Nadie presta $6.500 millones por nada, los favores se cobran después. Eso es lo que hay que ver, hay que ir al tráfico de influencias del más alto nivel. Eso es lo grave”, agregó.

El ex alcalde pidió al oficialismo expresar su opinión sobre el tema. “En el caso del gobierno, que no sea doble estándar como está siendo el Partido Socialista, que se queda callado, se hacen los lesos. (Osvaldo) Andrade andaba todos los días hablando contra Penta… pero ahora se han quedado callados”, aseveró.

Además, indicó que Dávalos es “el símbolo del pituto y del tráfico de influencias“.

Escucha la entrevista completa realizada por Rayén Araya en Podría ser otra cosa: