Los líderes de Ucrania, Rusia, Alemania y Francia mantenían en Minsk unas tensas negociaciones para alcanzar un plan de paz para Ucrania, donde la violencia dejó este miércoles uno de los balances más sangrientos en los diez meses de conflicto.
Aunque se han logrado “avances”, las conversaciones, que duran ya más de cinco horas, son “muy difíciles”, indicó a la AFP una fuente diplomática ucraniana.
Petro Poroshenko, Vladimir Putin, Angela Merkel y François Hollande discuten, en una sala de imponentes columnas de mármol, el documento elaborado durante varios días de negociaciones diplomáticas.
El semblante serio del presidente ucraniano y la actitud reservada de Vladimir Putin en los pasillos del inmenso palacio presidencial de Bielorrusia no dejan lugar a dudas de la dificultad de las negociaciones.
Como ejemplo, la animada discusión de pie entre los presidentes ruso y ucraniano, que una periodista de la AFP pudo presenciar a través de una puerta entreabierta. Poroshenko llegó incluso a abandonar la sala, si bien regresó.
Al inicio del encuentro, Putin y su homólogo ucraniano, ya con semblante serio, se dieron brevemente la mano rodeados de Merkel y Hollande.
En las próximas horas, los dirigentes y sus consejeros deben intentar ponerse de acuerdo sobre un plan de paz, en un contexto de recrudecimiento de la violencia en el este del país, donde han muerto unas cincuenta personas en las últimas 24 horas.
Aunque no se ha desvelado, el documento presentado en las negociaciones tiene como objetivo solucionar los temas más espinosos: definir la línea del frente, determinar el “estatuto de los territorios” controlados por los separatistas o solucionar la cuestión de la frontera rusoucraniana en los territorios bajo control prorruso.
‘Una sola voz’
Los presidentes ucraniano y francés y la jefa de gobierno alemana decidieron reunirse brevemente antes de unirse al mandatario ruso, al que consideran responsable del conflicto en Ucrania.
Durante la tarde, Petro Poroshenko había advertido a Putin que Ucrania, Francia y Alemania hablarían con “una sola voz” y se había mostrado dispuesto a decretar la ley marcial en toda Ucrania, si la cumbre fracasaba.
Antes de llegar a la capital bielorrusa, los participantes de la cumbre aumentaron la presión para alcanzar un acuerdo, mientras en el terreno soldados ucranianos y separatistas prorrusos proseguían sus combates para llegar en posición de fuerza a las negociaciones.
Según París, Hollande y Merkel intentarán hacer todo lo posible para encontrar una solución diplomática a una crisis que generó el peor período de confrontación entre Rusia y los países occidentales desde el final de la URSS en 1991.
Desde Washington, el presidente estadounidense, Barack Obama, advirtió al Kremlin de que “si Rusia continúa con sus agresiones a Ucrania, sobre todo enviando soldados, armas y financiando a los rebeldes, el precio a pagar aumentará”.
En el terreno, al menos 49 personas, civiles y militares, murieron entre el martes y el miércoles en el este de Ucrania. Seis civiles murieron en Donetsk, bastión de los separatistas, en un ataque contra una parada de autobús y una fábrica metalúrgica, según los separatistas.
Con las negociaciones en Minsk ya iniciadas, un transeúnte murió en un bombardeo contra un hospital del centro de Donetsk, indicaron las autoridades prorrusas.
El ejército ucraniano anunció haber perdido al menos 19 soldados en las últimas 24 horas, cinco de ellos en un ataque el martes por la noche con lanzacohetes múltiple contra la ciudad de Kramatorsk, donde se encuentra el principal cuartel general de las fuerzas armadas ucranianas en el este.
Kiev responsabiliza a Rusia de este ataque, en el que murieron 16 personas en total, entre militares y civiles.
“Siempre es lo mismo. Cuando nuestros combatientes ganan terreno, nos proponen negociar”, aseguró Viktor Nenashev, un habitante de 38 años de Donetsk partidario de los separatistas.