Colombia seguía atenta este jueves los preparativos para la anunciada liberación de un general y otros cuatro rehenes de la guerrilla comunista de las FARC, lo cual permitirá reanudar los diálogos de paz en La Habana, suspendidos por el gobierno luego de las capturas.

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), regularmente convocado para entregas de prisioneros por parte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), dijo tener “luz verde” para comenzar “labores humanitarias para llevar a cabo la liberación”.

Patricia Rey, vocera del CICR, espera que todos queden libres “lo más pronto posible”, aunque no dio una fecha exacta por la “complejidad” de la coordinación del operativo.

Las operaciones militares de búsqueda y rescate proseguían sin embargo, tanto en el departamento del Chocó (oeste), donde el domingo fueron capturados el brigadier general Rubén Alzate, un cabo y una abogada, así como en el de Arauca, donde dos soldados fueron hechos prisioneros tras combates hace diez días.

“El despliegue de fuerzas, desplazamientos y tropas sigue igual por ahora”, dijo a la AFP una fuente militar.

Desde La Habana, uno de los negociadores de paz de la guerrilla en Cuba cuestionó estas operaciones. “Hay ametrallamientos, hay bombardeos en el área y toda acción de fuerza en este momento es inconveniente”, dijo alias Rodrigo Granda a la radio colombiana Caracol.

La cuenta regresiva para la liberación comenzó luego de que diplomáticos de Noruega y Cuba, garantes de las negociaciones iniciadas hace dos años entre el gobierno colombiano y las FARC, anunciaran el miércoles que ambas partes acordaron condiciones para la devolución de los cautivos.

El gobierno de Juan Manuel Santos, que suspendió las pláticas de paz tras la captura de Alzate, el oficial de más alto rango hecho prisionero de las FARC en 50 años de conflicto armado, aseguró que sus negociadores volverán a Cuba “una vez todos se encuentren en libertad”.

Alias Pablo Catatumbo, número tres de las FARC y negociador en Cuba, destacó en RCN La Radio el anuncio de la liberación como “un gesto de paz, de reconciliación, de buena voluntad y de compromiso” de la guerrilla con las negociaciones para terminar la guerra.

Confusa captura

Alzate, comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta Titán, que combate la guerrilla, el narcotráfico y la minería ilegal en el Chocó, fue capturado en confusas circunstancias cuando visitaba de civil el caserío de Las Mercedes, a unos 30 minutos por barco de la capital regional Quibdó.

Mientras las autoridades aseguran que el soldado que manejaba el bote en que viajaba Alzate vio a guerrilleros armados salir de casas para abordar al general, los pobladores dicen que presenciaron una retención sin violencia y expresan su miedo a convertirse en blanco de ataques por estar en medio de la polémica.

“Eran cuatro hombres vestidos de civil que llegaron en una panga (embarcación de madera) como media hora antes que el general. Se sentaron en unos bancos frente a la iglesia y cuando llegó el general con sus acompañantes se encontraron todos acá, conversaron y, cuando volví a ver, se iban todos en una panga”, relató a la AFP Presentación Palomeque, líder comunitario de Las Mercedes.

“No vi hombres armados, ni guerrilleros dentro de las casas. Nos da temor que digan esto”, dijo Palomeque, recordando la huída masiva de pobladores hace 15 años por el asedio de milicias de extrema derecha.

“Fue en 1999. Un cabo dijo que habían capturado nueve paramilitares por la ayuda de la comunidad. Nos atacaron y nos tuvimos que desplazar por un año”, comentó.

Chocó, el departamento más pobre del país y donde los ríos suplen la falta de carreteras, ha sido muy golpeado por el conflicto armado y la acción de mafias. Sólo este año 8.000 personas abandonaron sus hogares por la violencia, aseguró el obispo Juan Barreto.

“La pobreza, la presencia de grupos ilegales y el deterioro ambiental por la minería crean una situación de violencia que se está radicalizando cada vez más y que el Estado no está atendiendo”, explicó.

Desde su casa sin electricidad ni agua corriente en Las Mercedes, Fanny Salas, de 44 años, fue más tajante: “El abandono estatal en esta comunidad es de siempre”.