Es posible que no sepas quién es Benjaman Kyle y que su nombre tampoco te sea familiar. Pues bien, para este norteamericano también es un misterio quién realmente es y cómo es que se convirtió en la primera persona que se inscribió a sí mismo en la lista de personas más buscadas.
Su historia se remonta a 2004 cuando la empleada de un local Burger King en Richmond Hill (Georgia) lo encontró inconsciente detrás de un contenedor de basura. El hombre presentaba diversos golpes, y estaba completamente desnudo, sin documentos, con diversas quemaduras por la exposición al sol y casi sin visión debido de las cataratas que padecía.
Rápidamente fue conducido a un hospital, en donde adoptó el nombre de Benjaman Kyle, debido a que el recinto asistencial ya tenía entre sus pacientes a otro sujeto sin identidad que como es costumbre en ese país son llamados Jon Doe.
Una vez que fue asistido por personal médico, comenzaron las preguntas de rigor y para sorpresa de todos Benjaman no supo contestar sobre su historial médico porque simplemente no tenía la más remota idea de quién era y cómo es que había aparecido en esas condiciones.
Finalmente los especialistas le diagnosticaron amnesia postraumática, y pese a que se le toman las huellas dactilares, no se pudo determinar quién es por lo que en rigor no “existe” para las bases de datos de personas en Estados Unidos.
No obstante, lo más grave es que al no estar en los registros de ciudadanos estadounidenses, no tenía un número de seguro social -que en nuestro país equivaldría al RUT- con lo que se le hacía prácticamente imposible mantener un trabajo como corresponde y/o recibir alguna ayuda estatal.
Su desesperación llevó a Benjaman a inscribirse en el listado de personas reportadas como desaparecidas, convirtiéndose en el primer “buscado” en registrarse personalmente.
Esta particularidad no pasó desapercibida para los medios de comunicación, quienes tomaron el caso a la espera del añorado reencuentro de Benjaman con su verdadera familia, pero nadie apareció y a la larga la prensa perdió interés en su historia con el paso de los años.
EL ARTE: LA SALVACIÓN DE BENJAMAN
El desinterés de los medios complicó aún más la vida de Kyle, quien sin un número de seguro social, no pudo tener algún trabajo estable. De esta forma, vivió de la caridad de las personas fundamentalmente porque las autoridades se negaban a darle un nuevo número debido a las complejidades legales que esto implicaba.
Hasta que en 2010, un curioso alumno de cine de la Universidad estatal de Florida, llamado John Wikstrom, se interesó en la historia de Benjaman que a esas alturas vivía en un parque urbano en Jacksonville (Florida).
Wikstrom tomó el caso y lo llevó a un emotivo documental que fue finalista en el Festival de Cannes 2012, y que volvió a la palestra la compleja situación de Benjaman, logrando la intervención de algunos congresistas hasta que finalmente el estado de Florida emitió un documento de identidad que le permitió regularizar en parte su situación laboral, siendo aceptado como empleado en un restaurante.
Finding Benjaman from John Wikstrom on Vimeo.
Sin embargo aún quedó una situación pendiente: las autoridades insisten en negarle un nuevo número de seguro social, el que no figura en su documentación. Actualmente, aún existe una campaña de recolección de firmas para exigir a las autoridades que resuelvan el asunto.
Mientras, el documental dio la vuelta al mundo causando admiración no sólo en las audiencias, sino que también en algunos artistas como Miguel Endara, quien quiso aportar a la causa y recaudar dinero suficiente para mantener la campaña de Benjaman.
Mediante la técnica del puntillismo, Endara consiguió hacer un retrato de Kyle cuyas copias se venden para ayudar a la causa del hasta ahora “inexistente” hombre.
Todo el caso de Benjaman puedes revisarlo en su página web oficial www.findingbenjaman.com