Con la llegada del verano y el alza de las temperaturas, los adultos mayores pueden verse afectados en diversas formas: deshidratación, daño a la piel y otras consecuencias graves como la hipertermia.

Andrea Lobos, Jefa de Carrera de Técnico de Nivel Superior en Gestión Social e Integración del Adulto Mayor de la U. del Pacífico, aclara que el principal problema es que “en los adultos mayores disminuye la sensación de sed, por lo tanto el riesgo de sufrir un golpe de calor aumenta. Eso se suma a que su capacidad homeostática se encuentra disminuida, lo que no les permite regular eficientemente los niveles de líquidos y electrolitos en el cuerpo”.

Sobre cuánta hidratación debe considerarse para el buen cuidado de los adultos mayores, indica que es recomendable crear hábitos o rutinas de ingesta de agua u otros líquidos, que aseguren su consumo. “Por ejemplo, beber agua todas las mañanas o beber agua antes de salir a pasear, para aumentar su consumo. Los líquidos pueden ser diversos, tales como sopas, jugos, leche, agua y líquidos saborizados. Estos últimos tienen una mayor aceptación”, plantea.

En ese sentido, el calor también puede ser contenido con la alimentación. Por ello Andrea Lobos señala que “debemos considerar una alimentación liviana, fresca, y para ello es recomendable consumir jugos de frutas, compotas frutales y una amplia variedad de verduras que favorecen la hidratación corporal”.

Sin embargo, se requiere que los adultos mayores se expongan a la luz solar, ya que la vitamina D es esencial para mantener el metabolismo normal del calcio. “La vitamina D3 puede ser sintetizada por los seres humanos en la piel, luego de su exposición a la radiación ultravioleta-B de la luz solar, o bien puede obtenerse a través de la dieta. Por lo tanto, es recomendable dar paseos al aire libre o bien realizar actividades a la luz solar, siempre considerando una correcta protección mediante el uso de sombreros, bloqueador solar y anteojos con filtros UV”.

Lobos explica que el principal riesgo que conlleva la exposición al calor en los adultos mayores es la hipertermia, que supone un aumento de temperatura por sobre los 40 grados que puede generar daños irreversibles a nivel cerebral. “Los síntomas de la Hipertermia son: dolor de cabeza, sensación de boca seca, náuseas, vómitos, mareos, calambres musculares generalizados, obnubilación y en algunos casos pérdida de conciencia”, precisa, y entrega algunas importantes recomendaciones para el cuidado que deben tener los abuelos durante la temporada de calor que ya comienza.

En el caso de los adultos mayores no autovalentes, Andrea Lobos indica que las condiciones ambientales son clave. “Es relevante que la habitación sea tranquila, iluminada, aireada y con temperatura agradable. Es importante no abrigar demasiado al adulto mayor si se encuentra en cama, procurar que no transpire y, de ser así, cambiar la ropa húmeda por ropa seca. Utilizar pijamas de algodón para evitar la sudoración y mantener la ingesta de líquidos varias veces al día”, concluye la especialista.

Consejos

- Mantener una correcta hidratación: beber agua o líquidos varias veces en el día, sin la necesidad de tener sed, ya que cuando aparece la sed es porque el cuerpo se está deshidratando.

- Mantener una alimentación rica en alimentos frescos, frutas y verduras verdes, en especial.

- Evitar el consumo de bebidas alcohólicas, ya que aumentan la deshidratación.

- Utilizar ropa suelta y preferir los colores claros.

- Usar sobrero, anteojos con filtro UV y bloqueador solar en todo momento, independiente de que el día esté nublado, pues los rayos UV están presentes y dañan la piel.

- Salir en horas del día en que no se alcancen las máximas temperaturas: en la mañana antes del mediodía o durante la tarde después de las 18.00 horas.

- Realizar actividad física en lugares con buena ventilación, evitando la sobreexposición al sol.