La lucha contra la tuberculosis logró “avances importantes” que permitieron salvar a 37 millones de vidas entre 2000 y 2013, pero el combate no está ganado, según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicado este miércoles.
Más de 20 años después de haber declarado que la tuberculosis era “una emergencia de salud pública mundial”, la OMS destaca en su informe anual que “se realizaron avances mayores” durante los últimos años en el mundo, tanto en materia de nuevos casos como en las muertes resultantes de la enfermedad.
La tuberculosis sigue siendo sin embargo la segunda enfermedad infecciosa más mortífera en el mundo, después del sida. En 2013, se detectaron 9 millones de casos nuevos de tuberculosis y 1,5 millones de muertes, contra 1,6 millones de fallecidos de sida en 2012.
Las cifras de 2013 son un poco más elevadas que las de 2012 (8,6 millones de casos nuevos y 1,2 millones de muertos), porque por primera vez se toman en cuenta las cifras detalladas de Nigeria, el país más poblado de África.
“En la medida en que la mayoría de las muertes causadas por la tuberculosis son evitables, la cantidad de víctimas sigue siendo inaceptablemente elevada”, destaca la OMS que insiste en la necesidad de “acelerar” los esfuerzos para alcanzar los objetivos de su plan “Alto a la tuberculosis” 2006-2015.
La OMS se fijó como objetivo reducir a la mitad la tasa de mortalidad de la tuberculosis (la cantidad de muertes por 100.000 habitantes) y la tasa de prevalencia de la enfermedad (cantidad de personas que padecen la enfermedad en un momento dado por cada 100.000 personas) para 2015.
A fines de 2013, la tasa de mortalidad había bajado “globalmente” en un 45% desde 1990 mientras que la tasa de prevalencia bajó un 41%, según el informe.
DISPARIDADES REGIONALES
Existen sin embargo importantes disparidades según las regiones, ya que algunas como las Américas o el Pacífico occidental ya alcanzaron el objetivo, contrariamente al África, la región mediterránea y parte de Europa, donde la tuberculosis “no retrocedió lo suficientemente rápido como para alcanzar los objetivos”.
Los hombres son los más afectados, y más duramente que las mujeres. Representan cerca de los dos tercios de los fallecidos en 2013. Hubo por otra parte 80.000 niños muertos.
Más de la mitad (56%) de los nuevos casos de tuberculosis se detectaron el año pasado en el sudeste asiático y la región del Pacífico, las dos más pobladas del mundo, pero es en África donde existe una mayor tasa de casos y las muertes con relación a la población total.
De 1,5 millones de personas fallecidas de tuberculosis en 2013, 360.000 estaban además infectadas con el VIH (virus del sida).
Entre las razones para ser optimistas, la OMS cita la estabilización de un 3,5% de casos de tuberculosis multiresistente –que no responden a los tratamientos con antibióticos de primera línea– así como la aparición de tests más rápidos para diagnosticar la enfermedad.
El informe destaca además que “por primera vez en 40 años, comienzan a aparecer nuevos tratamientos contra la tuberculosis”, incluyendo terapias combinadas con nuevas moléculas probadas clínicamente.
Mientras tanto continúan las investigaciones activas para desarrollar nuevas vacunas aunque “por el momento no se vislumbra una vacuna eficaz para prevenir la tuberculosis en el adulto”.
La única vacuna existente actualmente es el BCG (desarrollada en 1921 y preparada a partir del bacilo de Calmette Guérin).
La OMS lo recomienda para los recién nacidos porque protege contra formas extrapulmonares graves de la tuberculosis en el niño. Según la OMS, el BCG no protege “de manera fiable” contra la tuberculosis pulmonar, “que representa la mayor parte de la enfermedad en el mundo”.