Los yihadistas tomaron el viernes el cuartel general de las fuerzas kurdas en el norte de Kobane, acercándose a la frontera con Turquía, país al que la ONU pidió que dejara a voluntarios kurdos retornar a Siria para defender la ciudad.

Tres semanas después de haber iniciado su ofensiva para controlar esta estratégica ciudad kurda del norte de Siria, los yihadistas del Estado Islámico (EI) “han tomado el control” de la zona de seguridad en Kobane, según una ONG.

Esa zona de seguridad abarca el complejo militar de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG, principal milicia kurda siria), la base de las Asayesh (fuerzas de seguridad kurdas) y la sede del consejo local de la ciudad.

El EI, que empezó a entrar el lunes en la ciudad, “controla ahora el 40%”, después de haber tomado el este de Kobane, llamada Ain al Arab en árabe, y sigue avanzando desde el oeste y el sur, explicó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Con este éxito, los combatientes del EI se acercan aún más al puesto fronterizo con Turquía, que intentan tomar para asediar de forma completa a la ciudad, según esta fuente.

Según una periodista de la AFP, el ruido de las armas automáticas y de los obuses llegaba hasta la frontera turca, desde donde eran visibles las espesas humaredas que cubren parte de Kobane.

ONU advierte contra “matanza”

El emisario especial de Naciones Unidas para Siria, Stefan De Mitsura, que declaró “temer una matanza”, pidió el viernes a Turquía que deje cruzar la frontera a los refugiados kurdos sirios para que puedan ayudar a defender Kobane.

“Pedimos a las autoridades turcas que autoricen al flujo de refugiados a entrar en la ciudad para apoyar la autodefensa”, dijo el enviado especial en rueda de prensa en Ginebra.

“Acordaos de (la matanza) de Srebrenica” en la ex Yugoslavia, advirtió.

Hasta ahora Turquía ha impedido a los refugiados sirios en su país cruzar de nuevo la frontera en sentido contrario.

De Mistura, apoyándose en fotos vía satélite, ha explicado que entre “10.000 y 13.000 habitantes se encuentran en un lugar en la zona fronteriza entre Turquía y Siria y otros muchos están en el interior de la ciudad”.

“Si la ciudad cae, los civiles serán probablemente masacrados”, afirmó el diplomático.

Mientras tanto, los aviones de la coalición volvieron a bombardear el viernes por la mañana en torno a Kobane.

Pero en la batalla por esta ciudad, convertida en símbolo de la resistencia kurda contra el EI, los yihadistas se han adaptado a los bombardeos: ya no se desplazan en convoyes y “transportan municiones hacia Kobane en motos”, según el OSDH.

Si toman Kobane, los yihadistas –mejor armados y más numerosos que los kurdos– controlarán una franja ininterrumpida en el norte de Siria, bordeando la frontera con Turquía.

Desde el inicio del asalto a Kobane, han muerto unas 500 personas en los enfrentamientos y unas 300.000 han abandonado la región, más de 200.000 hacia Turquía. Además 70 localidades de la región han caído en manos del EI.

Aprovechando la guerra civil que dura más de tres años en Siria, este poderoso grupo ultrarradical, que cuenta con decenas de miles de hombres en sus filas, controla ya amplias regiones del norte y el este de Siria, además de parte del territorio iraqui.

Presiones de EEUU

El propio Pentágono ha reconocido que los ataques aéreos “no ayudan por sí solos” a salvar a Kobane y que se necesitan fuerzas “competentes” en el terreno. Por eso, Washington presiona a Turquía para que se implique más en la lucha contra el EI que amenaza a su frontera.

Un equipo militar de Estados Unidos viajará la próxima semana a Ankara para mantener contactos con responsables militares turcos.

Pese a tener luz verde del parlamento, el gobierno turco no está dispuesto a enviar en solitario tropas para combatir al grupo EI.

Entretanto, las manifestaciones prokurdas celebradas desde el lunes en Turquía, sobre todo en el sudeste del país, de mayoría kurda, han causado al menos 31 muertos.