Los extremistas del grupo Estado Islámico (EI) acechan a los demócratas en su carrera hacia las elecciones legislativas de noviembre, en una campaña en la que los copartidarios de Barack Obama tendrán que enfrentar ataques sobre la debilidad del presidente.

La seguridad nacional no será el tema crucial en las elecciones del 4 de noviembre, en las que se renovarán la Cámara de Representantes y un tercio del Senado.

Sin embargo, la evidencia sugiere que quienes manejan la campaña republicana creen que jugarse la carta de azuzar los temores sobre la seguridad nacional podría inclinar la balanza a su favor.

Un 35% de los consultados en la última encuesta de ABC News el mes pasado dijo que los puestos de trabajos y la economía eran los factores más importantes para decidir su voto.

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Por el contrario, solo un 13% dijo que las crisis internacionales serían un factor definitivo. Argumentos sobre educación, inmigración y la ley sobre el sistema de salud también han causado estragos en la campaña.

No obstante, una nueva encuesta para la Radio Nacional Pública mostró el viernes que los temas de seguridad nacional estaban incidiendo particularmente en los votantes republicanos.

Un 42% de los republicanos dijo que el grupo Estado Islámico (EI) y la política exterior influirían en su decisión en noviembre, contra un 20% de los demócratas.

“No podemos dejar que nuestros niños mueran” -

Los publicistas republicanos en estados clave se han aprovechado de la vacilación que tuvo Obama para definir la estrategia de combate al EI y atribuyen a sus decisiones el ascenso del grupo en Irak y Siria.

Me vuelve loca ver cómo la debilidad del presidente le ha permitido al Estado Islámico crecer“, dice Nancy Anderson, una veterana de la armada y madre de un marine, en un nuevo spot de la campaña de Thom Tillis en su carrera contra la senadora demócrata de Carolina del Norte Kay Hagan, emitido el viernes.

“No podemos dejar que nuestros niños mueran en vano. Tenemos que cambiar nuestro senador”, agrega.

Para demócratas como Hagan, que dependen de estados en los que ganó el republicano Mitt Romney en las presidenciales de 2012, una sucesión de crisis mundiales es mala noticia.

Los argumentos de temática militar potencialmente tienen fuerza en Carolina del Norte, donde Hagan lidera las encuestas por un 4%, porque el estado tiene una comunidad militar grande.

La campaña republicana siempre juega la carta de los militares: en los escaños del Senado que podrían decidir la elección -New Hampshire, Iowa, Arkansas y Alaska- sus candidatos siempre son veteranos.

“Sirvió a su país en el cuerpo de marines de Estados Unidos y persiguió terroristas en todo el mundo”, dice una propaganda de Dan Sullivan, el republicano que lidera las preferencias de votos para el Senado en Arkansas.

Su par de New Hampshire Scott Brown tiene una pieza publicitaria en la que muestra imágenes apocalípticas de Irak ardiendo. “Los terroristas radicales islamistas amenazan con causar el colapso de nuestro país. El presidente Obama y la senadora (demócrata, Jeanne) Shaheen parecen confundidos sobre la naturaleza de la amenaza. Yo no”, dice en otro spot.

No politizar ataques a EI

¿Entonces, qué puede hacer Obama?

Funcionarios del gobierno insisten en que el presidente no politizará su nueva campaña de ataques aéreos contra el grupo EI en Siria e Irak al estilo del uso que hizo del tema de la seguridad nacional el expresidente George W. Bush en las elecciones de 2002.

La aprobación del presidente se encuentra en torno al 40% y es mucho peor en los estados conservadores, que definirán estas elecciones.

“La única cosa más tangible que el presidente Obama puede hacer para ayudar a su partido en las elecciones (…) es recaudar dinero”, dijo Brendan Doherty, profesor de ciencias políticas en la Academia Naval de Estados Unidos.

Hay datos respecto a que la aprobación de Obama mejoró ligeramente desde que ordenó acciones militares luego de haber admitido que “todavía” no tenía una estrategia para combatir al EI.

Obama está recurriendo a una argumentación de tono patriótico envolviéndose retóricamente en la bandera de Estados Unidos respecto a la política exterior y la economía.

“Una cosa debería ser clara como el agua: el liderazgo estadounidense es la única constante en un mundo incierto”, dijo el jueves.