Rusia está estudiando la posibilidad de llevar a cabo “ataques limitados” contra Ucrania tras la caída de un obús en una ciudad fronteriza rusa, que mató a un civil, indicó este lunes el periódico Kommersant, una información que sin embargo fue desmentida por el Kremlin.
“Nuestra paciencia tiene límites”, dijo la fuente cercana al Kremlin citada por el periódico. “No se trata de una acción a gran escala sino de ataques limitados y puntuales contra las posiciones desde donde se efectúan los disparos hacia el territorio ruso”, añadió. Según la fuente citada por el periódico, Rusia “sabe exactamente de dónde vienen los tiros”.
Más tarde, el portavoz del Kremlin desmintió estas afirmaciones.
“Esas informaciones que dicen que Rusia se plantea la posibilidad de ataques no tiene ningún sentido y no son reales”, declaró Dimitri Peskov a la agencia Bloomberg. “Rusia no se plantea llevar a cabo ataques en Ucrania”, insistió.
El domingo, un obús lanzado desde el territorio ucraniano alcanzó una ciudad rusa en la frontera y provocó un muerto y dos heridos. Tras el ataque, Rusia denunció “otro acto más de agresión” y advirtió al gobierno de Ucrania de posibles “consecuencias irreversibles”.
Por su parte el gobierno de Kiev desmintió ser el responsable del disparo y acusó a los rebeldes prorrusos del este de disparar tiros “de provocación, incluso contra territorio ruso, para luego acusar a los militares ucranianos”.
El Comité de Investigación ruso anunció que va a llevar a cabo un peritaje balístico para determinar el tipo y la trayectoria de los obuses utilizados.
La idea de una “respuesta” de Rusia a los disparos procedentes de Ucrania fue apuntada el domingo por el vicepresidente de la cámara alta del Parlamento ruso, Eugeni Bushmin.