A la selección Chilena de fútbol:

No creí en ustedes, soy honesto. Desde que Bielsa dejó la selección me quedó una extraña sensación en el corazón, quizás como muchos hinchas, pensé que todo estaba perdido.

Siendo hincha colocolino, vi con mucha envidia el trabajo de Sampaoli en la “U” con todos sus logros alcanzados y nunca se me pasó por la mente que podría llegar a dirigir esta selección, la nuestra, pero aquí estamos, enfrentando al peor de todos nuestros miedos como amantes del fútbol.

Hoy, un día antes de que salten a la cancha, quiero recordarles algo: ustedes pudieron. Nosotros a todo reventar sólo llegamos a ganar partidos en el barrio, en un futbolito por la empresa donde se trabaja …ustedes agarraron el sueño y lo materializaron, llegaron donde todos deseamos estar, en la Copa del Mundo, a punto de escribir una nueva página para nuestra historia plagada de redonda emoción (de dulce y de agraz), fuera del marketing y las luces, de la riqueza y sus lujos que encandilan a los faltos de visión periférica, pero que los humildes saben hacer el quite como la mejor finta realizada en la cancha de tierra.

Tienen derecho a soñar, muchachos. No porque un banco (que le roba a la gente con sus intereses inmorales) mandó a lanzar tierra de mineros sobre la cancha; no porque los televisores de plasma bajaron sus precios y todos partieron corriendo a la multitienda más cercana para reventar sus tarjetas de crédito porque “todo se ve más lindo en HD”; no por los premios, no por las mafias, no por el oro. Tienen derecho a soñar porque cuando eran niños iban a entrenar a sus clubes con el hambre que le da la vida a los faltos de todo (menos de afecto) dando la batalla de la clase media que quiere un mejor pasar para sí y sus seres queridos.

Luchen cada balón, no tengan miedo, porque estampa les sobra. La selección brasileña hará una partitura, donde ustedes serán la línea melódica y eso es el fútbol: poesía en movimiento, espacio y silencios, luz y sombra todo en un sólo lugar.

Los invito a confiar en el otro compañero. Sabemos de antemano que no son todos amigos, pero sí que tienen una sola ilusión, que es la nuestra. Que nadie les diga que no, que no se puede, porque ustedes ya lograron el sueño de todos los guatones que hablamos detrás de nuestros putos escritorios dando clases sobre el fútbol que nunca nos atrevimos a practicar en serio.

Mucho éxito para todos.

Hoy necesitamos que tengan hambre, muerdan al rival (es una metáfora, no queremos castigos).
Vayan por la gloria y salgan sin pena.

Atte.:

Marcelo Lavado (@marcelolavado)