El delantero uruguayo Luis Suárez, duramente sancionado el jueves por la FIFA por haber mordido a un rival durante el partido Uruguay-Italia del martes, llegó a su país en la madrugada del viernes, informaron medios locales.
El jugador arribó en un vuelo privado pasadas las cinco de la mañana y fue trasladado a la casa de su madre, en el departamento de Canelones (sur).
Desde el atardecer del jueves algunos centenares de personas se congregaron en el aeropuerto para darle la bienvenida al jugador, idolatrado en su país, con banderas de aliento o carteles como “Luis, todo Uruguay está contigo”.
“No era para hacerle lo que le hicieron, porque lo echaron peor que a un chorro o un asesino. Y no es así, él se mandó solamente una equivocación”, contó a a la AFP una de las hinchas que aguardó durante horas la llegada de su ídolo.
Hasta el presidente José Mujica se acercó al aeropuerto para respaldar al jugador, pero tras informarse sobre el atraso del vuelo se retiró.
Mujica había indicado más temprano a periodistas en tono irónico: El mundial “se pone peligrosísimo. Cuando más nos pegan peor es. Pobrecitos. Imagino la bronca de los muchachos”, en alusión a los futbolistas celestes.
Con el correr de las horas los hinchas también fueron abandonando el lugar pero el respaldo al jugador seguía en las redes sociales, bajo la etiqueta #TodosSomosSuarez.
La FIFA suspendió a Suárez por nueve partidos oficiales y cuatro meses de cualquier actividad vinculada al fútbol por haber mordido el martes al italiano Giorgio Chiellini en partido por la Copa del Mundo.
El jugador había vuelto a las canchas pocos días antes, ante Inglaterra, recuperado de una operación de meniscos que amenazó con dejarlo fuera del Mundial.
Sin su máxima estrella, Uruguay volverá al ruedo el sábado cuando en Río de Janeiro enfrente a Colombia por octavos de final.