El presidente Barack Obama dijo el viernes que examina todas las opciones menos el envío de tropas a Irak para enfrentar la ofensiva extremista sunita, pero advirtió que el país debe superar sus propias divisiones.

“No enviaremos tropas estadounidenses nuevamente a combatir en Irak, pero pedí a mi equipo de seguridad nacional que prepare una gama de opciones que puedan ayudar a las fuerzas de seguridad iraquíes”, dijo Obama.

Asimismo prometió que Estados Unidos hará su parte, “pero al final le toca a los iraquíes, como nación soberana, resolver sus problemas”.

El gobierno del primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, pidió a Estados Unidos ayuda militar para oponerse al apabullante avance del grupo Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), un movimiento extremista islamista.

Sin embargo, durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca, Obama advirtió al gobierno de Bagdad que fue el responsable del desastre al fracasar a la hora de evitar la división entre suníes y chiítas en el país.

“Estados Unidos no se involucrará en acciones militares cuando no existe un plan político de las autoridades iraquíes que nos dé garantías de que están preparados para trabajar juntos”, dijo el presidente.

Estados Unidos retiró sus últimas tropas de Irak en 2011, ocho años después de haber derrocado al dictador Sadam Hussein, pero Obama dijo que estaba estudiando alternativas para aumentar su apoyo a las fuerzas militares iraquíes.