La familia de Pablo Neruda exigirá que la tumba del poeta sea visitada sin pagar una entrada, tras su inminente tercer funeral.

El ministro que investiga la presunta intervención de terceros en la muerte del vate, Mario Carroza, se apresta a ordenar la entrega de los restos óseos exhumados el 8 de abril del año pasado.

Tras cuatro meses de intensos peritajes científicos, en Chile, España y Estados Unidos, los expertos que analizaron las muestras de las osamentas de Neruda determinaron que sólo había evidencias de sustancias para combatir el cáncer que lo aquejaba, descartando la presencia de toxinas.

De esta manera, los peritos confirmaron que falleció, el 24 de septiembre de 1973, de una caquexia por cáncer de próstata, lo que se contradice con la versión del chofer del poeta, Manuel Araya, y otros testimonios, que apuntan a que fue envenenado en la clínica Santa María.

Rodolfo Reyes, abogado y sobrino del vate, adelantó que pretenden que la familia imponga sus condiciones en lo que será su tercer funeral. Adelantó que exigirán que no se cobre una entrada para que los chilenos visiten su tumba.

En 1973 sus restos descansaron primero en el mausoleo de la familia Dittborn, que les había cedido un espacio, y siete meses después fueron trasladados al nicho 44 del módulo México del Cementerio General.

El 11 de diciembre de 1992, los féretros de Neruda y Matilde Urrutia fueron exhumados y llevados al día siguiente a su casa de Isla Negra.

Ese lugar y todas las demás pertenencias son un museo administrado por la Fundación Neruda.

El abogado del Partido Comunista Eduardo Contreras, adelantó que respaldarán a la familia y recordó que el deseo de Neruda antes de morir era construir una casa de la cultura en Isla Negra, abierta a la comunidad.

La Fundación Pablo Neruda, en un principio se oponía a la exhumación de los restos del vate por considerarlo una profanación, ya que siempre han apoyado la tesis de la muerte por una carquesia por lo avanzado del cáncer que lo afectaba.