Alejándose de la típica imagen del Jesús crucificado o con las manos al cielo, la iglesia Episcopal de St. Alban en Carolina del Norte (Estados Unidos) decidió instalar una singular estatua de Cristo en un parque cercano.

De acuerdo al sitio oficial de la red de medios estadounidenses National Public Radio (NPR), se trata de una figura tamaño real que representa a Jesús como un vagabundo durmiendo en un banco de la plaza, ubicada en medio de un barrio de lujo rodeado de casas de clase alta.

La escultura muestra a un hombre acurrucado cubierto por una manta, cuyas heridas de la crucifixión en los pies son lo único que evidencian que es Jesucristo.

La polémica

Mientras algunos felicitaron la iniciativa, otros no se mostraron tan contentos.

David Boraks, editor de DavidsonNews.net, asegura que “una mujer del vecindario llamó a la policía la primera vez que pasó por ahí. Ella pensó que de verdad era una persona sin hogar”.

Asimismo, cuenta que “otro vecino, que vive a un poco más abajo de la iglesia, nos escribió una carta al director diciendo que le asusta”.

De hecho, algunos residentes han afirmado que la estatua es una representación insultante del Hijo de Dios, y que el hecho de que parezca un vagabundo real durmiendo en un banco degrada el barrio.

Cabe destacar que la escultura de bronce tuvo un costo de 22.000 dólares (12 millones de pesos) y fue adquirida en memoria de una feligrés llamada Kate McIntyre, quien era amante del arte público.

El reverendo David Buck (25), encargado de la iglesia, se refirió a la controversia y señaló que la estatua “le da autenticidad” a la capilla.

“Esta es una iglesia relativamente acomodada, para ser honesto, y necesitamos que se nos recuerde a nosotros mismos que nuestra fe se expresa en la preocupación activa por los marginados de la sociedad”, afirmó.

Buck agregó que esta figura es una buena lección para los acostumbrados a ver a Jesús representado en el arte religioso tradicional como el Cristo de la gloria, en un trono y con las mejores ornamentas.

“Creemos que esa es la clase de vida que Jesús tenía. Él fue, en esencia, una persona sin hogar”, expresó.

El creador de esta obra es el escultor canadiense y devoto católico, Timoteo Schmalz, quien señaló a NPR que entiende que su “Jesús de los Desamparados” puede ser controversial.

“Eso es básicamente lo que la escultura tiene que hacer. Es la intención de desafiar a la gente”, indicó y contó también que ofreció estatuas similares a la catedral de St. Michael en Toronto y la catedral de San Patricio en Nueva York, pero ambos la rechazaron.

Pese a las críticas, el sacerdote Buck señala que el “Jesús desamparado” tiene más seguidores que detractores y que es común ver gente que se sienta en el banco, pone su mano sobre los pies de la escultura y ora.