El periodista mexicano Gregorio Jiménez de la Cruz, secuestrado el 5 de febrero en el estado de Veracruz (este), fue hallado muerto junto con otros dos cadáveres en una fosa clandestina, informó este martes Enoc Maldonado, director de investigaciones ministeriales de la fiscalía estatal.

Uno de los cuerpos, hallados en el municipio de Las Choapas, “ha sido plenamente identificado como Gregorio Jiménez de la Cruz, de acuerdo con los exámenes periciales correspondientes”, dijo el funcionario en conferencia de prensa ofrecida en el Xalapa, capital de Veracruz.

Hasta el momento, cuatro hombres y una mujer fueron detenidos por el asesinato de De la Cruz, quien trataba temas de criminalidad para los diarios Notisur y Liberal del Sur, de Veracruz.

Por otro lado, el funcionario aseguró que se contempla una línea de investigación que apunta a “las diferencias personales” que tenía el periodista con una mujer, como posible móvil del asesinato, aunque las investigaciones siguen abiertas.

Esa mujer, Teresa de Jesús Hernández, es dueña de un bar, y según Maldonado, “amenazó” a Gregorio y contrató “al jefe de una célula delincuencial que operaba en la zona y a quien le pago 20.000 pesos” (1.470 dólares) para que asesinara Gregorio Jiménez.

Al parecer “el motivo de su privación de la libertad y la posterior privación de su vida fueron precisamente las diferencias personales y familiares”, dijo el funcionario.

El presunto asesino sería José Luis Márquez, quien se encontraba entre los detenidos, así como Teresa de Jesús Hernández.

AGOTAR TODAS LAS LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN

Al respecto, Balbina Flores, represente de la organización Reporteros sin Fronteras, con sede en Francia, pidió a las autoridades de Veracruz que antes de hacer comentarios que parecen “concluyentes” se “agoten todas las líneas de investigación, sobre todo la que tiene que ver con la labor periodística” como posible móvil para el asesinato de Gregorio.

“Tienen que tener prudencia y responsabilidad en las declaraciones que hacen, porque puede parece que quieren desviar la atención” dijo Flores a la AFP.

Gabriela Rasgado, Diario del Istmo Televisión, comentó en la plaza principal de Coatzacoalcos, donde se congregaron decenas de periodistas tras la conferencia de Enoc Maldonado, que no aceptan la versión de que a Gregorio Jiménez “lo mató una vecina”.

El periodista ultimado “reportaba extorsiones, secuestros asesinatos ligados con el crimen organizado, y exigimos que se aclare el varadero motivo de su asesinato”, añadió Rasgado.

Reporteros Sin Fronteras ha colocado a Veracruz como uno de los sitios más peligrosos para ejercer el periodismo. Sólo en la administración del actual gobernador, Javier Duarte -que se inició en 2012- 10 periodistas han sido asesinados.

A nivel nacional, 86 informadores han sido asesinados y 20 más han desaparecidos desde 2000, según la oficial Comisión Nacional de Derechos Humanos.

El secuestro de Gregorio Jiménez, perpetrado por un comando en Coatzacoalcos (Veracruz) cuando regresaba a su casa después de dejar a sus hijos en la escuela, provocó una inédita movilización de periodistas en redes sociales, pues reporteros mexicanos y extranjeros se sumaron a la campaña #Lo queremos vivo.

En México no hay ningún condenado por los asesinatos y desapariciones de periodistas.