El ejército de Sudán del Sur preparaba este lunes una gran ofensiva contra las fuerzas rebeldes del ex vicepresidente Riek Machar, mientras líderes mundiales desplegaban esfuerzos para evitar una guerra civil en la nación más joven del mundo.

El enviado especial de Estados Unidos para Sudán del Sur, Donald Booth, llegó el lunes a Juba, comprobó un reportero de la AFP.

La llegada del enviado especial estadounidense se enmarca en los esfuerzos de la comunidad internacional para evitar que el conflicto en Sudán del Sur, que adquirió su independencia en 2011, tras una larga guerra contra Sudán, desemboque en otra guerra civil.

Las fuerzas del país estaban listas para tomar dirección a Bor, capital del estado de Jonglei, 200 km al norte de Juba, bajo control de los hombres de Machar desde la semana pasada.

Sudán del Sur es escenario de intensos combates desde que el presidente Salva Kiir acusó a su ex vicepresidente, al que destituyó en julio, de intento de golpe de Estado hace una semana. Machar lo desmiente categóricamente y acusa a Kiir de querer eliminar a sus rivales.

Sin embargo, según el enviado estadounidense, a pesar de las acusaciones y tensiones, Kiir se “comprometió” este lunes a negociar con Bachar sin anteponer condiciones.

El ejército se encuentra “preparado para avanzar hacia Bor”, a 200 kilómetros al norte de la capital Juba, indicó el presidente ante el parlamento, y precisó que la ofensiva se retrasó para permitir a Estados Unidos la evacuación de sus ciudadanos.

Reino Unido, Kenia y Uganda también han comenzado a repatriar a sus ciudadanos.

Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, recomendó al Consejo de Seguridad el envío de 5.500 soldados y 423 policías suplementarios al país africano para reforzar su misión. Este contingente llevaría a 12.000 los efectivos desplegados por Naciones Unidas.

En la actualidad, la ONU cuenta en el país con 7.000 soldados, 700 policías y unos 2.000 empleados civiles. Para el aumento de este contingente el organismo trasladaría parte de efectivos actualmente en República Democrática del Congo, Costa de Marfil, Darfour, Liberia y Abeyi (región entre ambos Sudán).

En la última semana se registraron cientos de muertes en Sudán del Sur, y miles de civiles buscan refugio en diferentes complejos de la ONU -20.000 solo en Juba-, huyendo de los combates y las masacres.

Testigos presenciales afirmaron a la AFP que soldados sursudaneses cometieron masacres étnicas con ejecuciones casa por casa y violaciones desde el comienzo de los enfrentamientos. Unas 250 perosnas habrían sido llevadas a la comisaría de Juba, donde los soldados les dispararon; solamente unas doce, entre ellas los dos testigos, habrían logrado escapar.

Éstos, que se habían escondido entre loe cadáveres de los asesinados, pudieron abandonar el lugar, ubicado en una animada calle de Juba, 48 horas más tarde, cuando los soldados lo abandonaron.

La ONU y dirigentes de todo el mundo se esfuerzan para evitar que Sudán del Sur caiga en una guerra civil tan solo dos años y medio después de conseguir su independencia de Sudán.

Estados Unidos aumentó su presión tanto sobre el Gobierno como sobre la rebelión. Y una delegación de ministros de Relaciones Exteriores de países del este de África viajó el pasado fin de semana a Juba para entrevistarse con Salva Kiir.

Ante el parlamento de Sudán del Sur, Kiir mostró de nuevo este lunes su intención de negociar con Riek Machar, pero “sin condiciones previas”. El ex vicepresidente hizo saber que únicamente negociaría tras la marcha del presidente.

Sin embargo, Kiir, de etnia dinka, volvió a acusar a su rival de movilizar a milicianos de la etnia Nuer, denominados “el ejército blanco”, conocidos por sus ataques brutales contras las comunidades rivales durante la larga guerra civil Norte-Sur (1983-2005), que arrasó Sudán antes de la independencia del Sur en 2011.

Tras visitar Bor el domingo, el jefe de operaciones humanitarias de la ONU en Sudán del Sur, Toby Lanzer, alertó sobre la degradación de la situación.

“Hace una semana, habría sido difícil imaginar que las cosas podían degenerar de esta forma”, dijo Lanzer a la AFP. “Espero equivocarme pero, si no, cientos de miles de personas necesitarán ayuda muy pronto”.

Según él, la situación en Bor es tan grave que los cascos azules en la zona no tendrán capacidad para defender a los 17.000 civiles refugiados en la base local de la ONU.

Médicos Sin Fronteras (MSF) indicó por su parte que los combates se habían expandido también al estado de Alto Nilo. En la localidad de Nasir, donde Machar comenzó su primera revuelta, en 1991, MSF atendió a 24 heridos por bala.

El ejército sursudanés “trabaja” también para recuperar el control de Bentiu, en el estado de Unidad, indicó por su parte el portavoz del ejército, Philip Aguer.

Este estado es estratégico porque concentra la producción petrolera nacional, un sector que supone un 95% de la frágil economía del país.