El enviado especial de Estados Unidos para Corea del Norte dio a entender este lunes que ese régimen comunista se expone a nuevas sanciones si no abandona sus armas atómicas, al día siguiente del acuerdo sobre el programa nuclear iraní.

El emisario Glyn Davies se encontraba este lunes en Tokio como parte de una gira regional, en la que evalúa las posibilidades de relanzar las negociaciones de seis países sobre el programa nuclear norcoreano. Los seis en cuestión son Estados Unidos, las dos Coreas, China, Rusia y Japón.

“Los intentos de Pyongyang de reactivar el diálogo sin detener su programa (nuclear) son inaceptables”, destacó Davies ante la prensa, tras reunirse con su homólogo japonés.

Las negociaciones de los seis están congeladas desde diciembre de 2008. Éstas preveían el abandono por parte de Pyongyang de su programa nuclear, a cambio de ayuda, principalmente energética. Ahora, el régimen comunista, que ya efectuó dos ensayos nucleares, quiere reactivar las conversaciones, pero está chocando con las reticencias de Washington.

“Si no vemos ninguna señal de sinceridad en los norcoreanos, si no entienden que deben respetar sus obligaciones y abandonar sus armas nucleares, habrá más presión en su contra”, explicó Davies.

“Las sanciones y las presiones son fundamentales para que Pyongyang tome conciencia de las opciones que afronta”, añadió.

El diplomático estadounidense consideró difícil establecer un paralelo entre el caso norcoreano y el iraní, luego de que Teherán aceptó limitar su programa nuclear a cambio de un alivio parcial de las sanciones.

No obstante, Davies estimó que el acuerdo con Irán demuestra que las sanciones han sido eficaces para obligar a la República Islámica a negociar.