El complejo forestal e industrial Nueva Aldea comenzó a operar en 2006 en plena zona viñatera del Valle del Itata. Pese a los compromisos adquiridos para obtener permiso ambiental y a una rigurosa normativa que se le ha exigido cumplir, numerosos incidentes manchan la operación de la celulosa, que sigue produciendo en la zona como si nada pasara.

Vertimiento de riles por rotura de ductos con consecuencias desastrozas era algo no previsto, que de ninguna manera podía ocurrir. Pero ha pasado, y más de una vez. Olores insoportables que obligan a la gente a irse de sus casas a otro lugar, es algo que tampoco iba a ocurrir, pero ha pasado y mucho.

La crónica es de Tatiana Risso: