Un estudio realizado por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) en conjunto con la Universidad de Quebec en Montreal (Canadá) determinó que a la gente que suele ser muy sincera, mentir le produce sentimientos de rechazo y vergüenza.

“Se trata de un ensayo muy sencillo de metodología económica experimental. El objetivo era investigar por qué la gente es sincera. En teoría económica la visión estándar –predominante hasta hace unas décadas– era que a la gente lo único que le motiva es su propio beneficio material. Es decir, que somos egoístas en ese sentido: siempre diremos la verdad si nos conviene materialmente y mentiremos si no es así”, señaló el coautor de la investigación, Raúl López.

Tras la investigación se dieron cuenta que muchas personas dicen la verdad pese a que pueda haber un costo material o perjuicio.

“Hemos estudiado la relevancia de una de esas explicaciones para ver qué porcentaje la respalda. La hipótesis es que la gente es sincera porque lo ha interiorizado, y lo contrario les hace sentir una emoción negativa como la culpa o la vergüenza, lo que conocemos como aversión pura a la mentira”, señaló López.

Entre las otras razones por las que la gente es sincera, se encuentran el altruismo, compromiso, deseo de no defraudar al otro o conformismo con lo que los demás esperan que diga.

Para llegar a estas conclusiones se realizó un experimento con 258 personas, de las cuales unas oficiaron como mensajero y otras como receptor. El mensajero debía observar una pantalla que mostraba un círculo verde o azul aleatoriamente y al azar. Luego tenían que mandar un mensaje al receptor, quien no podía observar el monitor, indicándole qué tono aparecía.

“El receptor siempre recibía 10 euros (6.800 pesos), pasara lo que pasara. El mensajero, si mandaba el mensaje verde recibía 15 euros (10.207 pesos), y si manda azul, 14 euros (9.526 pesos)”, contó el coautor del estudio.

Se podía mentir para recibir más dinero si se deseaba. La idea era ver si el incentivo monetario podía más que la sinceridad.

“Comprobamos que el conformismo no influía en la decisión y que existía un 40% de gente que decía la verdad siempre. Este hecho está a favor de la hipótesis de que esa gente era adversa a la mentira. Es una evidencia aparentemente muy fuerte”, señaló López.

Con respecto a quienes mienten más, descubrieron que las personas ligadas al sector económico o empresarial eran más propensas a ser deshonestas.

Por otro lado, el experto señaló que “vimos que la gente honesta cree que los demás son honestos. Mientras que los que son deshonestos creen que los demás también van a mentir”.