Las autoridades estadounidenses planean realizar audiencias largamente postergadas con decenas de detenidos en Guantánamo, a fin de decidir si aún presentan una amenaza para el país, anunció el Pentágono este lunes.
El presidente Barack Obama ordenó la revisión de los casos en marzo de 2011, pero llevó más de dos años a las agencias gubernamentales instrumentar el plan, alimentando las críticas de los grupos de defensa de los derechos humanos.
La decisión fue tomada luego de reiteradas promesas de Obama de cerrar la controvertida prisión situada en una base militar estadounidense en la isla de Cuba, pese a la oposición de algunos miembros del Congreso y en el marco de una huelga de hambre en la que llegaron a participar más de un centenar de detenidos, que esperan aún ser juzgados.
Los casos a revisar son los de 71 de un total de 166 presos, dijo el portavoz del Pentágono, teniente coronel Todd Breasseale.
La mayoría de quienes integran ese grupo habían sido designados como muy peligrosos para ser liberados, pero no son acusados de ningún crimen, no habiendo evidencia suficiente para ser juzgados.
El Pentágono comenzó a notificar a los detenidos de las audiencias, pero no hizo público cuándo comenzarán y si los periodistas serán autorizados a seguir los procedimientos.
“Todavía no se integraron los paneles y solamente comenzarán cuando todas las condiciones razonables se cumplan”, dijo Breasseale.
Los nuevos paneles incluirán altos oficiales de los departamentos de Defensa, Justicia, Estado, Seguridad Interior, así como oficiales de Inteligencia y del estado mayor conjunto.
En el marco de la invasión a Afganistán dirigida por Estados Unidos, luego de los ataques del 1 de setiembre de 2001, Washington abrió la prisión de Guantánamo, para alojar a los militantes capturados por las tropas en el campo de batalla o entregados por otros países.
Más de la mitad de los presos han sido exonerados de cargos en Estados Unidos. En su mayoría son yemeníes detenidos años atrás, pero las autoridades estadounidenses temían que fueran reclutados por grupos extremistas si retornaban a sus países de origen.
Como parte de su renovada promesa de cerrar la prisión, Obama se comprometió a levantar la moratoria sobre la transferencia de los presos yemeníes hacia su país.