Tras la audiencia de formalización del conductor que arrolló y dio muerte a una joven en Concepción, en mayo pasado, los cercanos a la víctima fatal lamentaron que quedara en libertad. Sin embargo, las actuales leyes no permiten sancionar con dureza a los conductores que protagonizan estos fatales incidentes.

La desazón de familiares y amigos de Macarena Figueroa Escobar luego de ver en libertad a E.G.H, de 31 años, puso nuevamente en el tapete lo que muchos atribuyen a leyes blandas en contra de los conductores que protagonizan accidentes mortales.

La noche del jueves 23 de mayo, Macarena regresaba de clases del Inacap cuando al cruzar Paicaví, a la altura de Juan de Dios Rivera, fue alcanzada por el automóvil que manejaba el imputado, quien ni siquiera se detuvo.

Tras casi dos meses de investigación, finalmente la PDI logró ubicarlo, gracias a las diligencias cumplidas en talleres de reparación de Concepción y alrededores.

Fue formalizado por cuasi delito de homicidio y por no auxiliar a la víctima dándose a la fuga sin avisar a carabineros ni autoridad competente. Pese al resultado mortal, estos casos no poseen una pena alta, por eso no se solicitó la prisión preventiva.

El propio fiscal Paolo Muñoz reconoció que quisiera un rango más amplio de sanción.

Pero generalmente las atenuantes, como irreprochable conducta anterior, bajan los grados de condena que terminan con el imputado cumpliendo la sanción en libertad. Ni siquiera darse a la fuga es una agravante, sino un delito aparte.

El imputado quedó con firma semanal, arraigo nacional y hay plazo de cuatro meses para cerrar la investigación.