Una manifestación frente al estadio nacional de Brasilia, dispersada por la policía con gases lacrimógenos y balas de goma, marcó el inicio de la Copa FIFA Confederaciones tras una semana de intensas protestas en grandes ciudades de Brasil.

Los manifestantes protestaron contra los multimillonarios gastos públicos de Brasil en esta Copa y el Mundial de 2014.

También en Belo Horizonte, otra ciudad de la Confederaciones y tercera mayor del país, miles protestaron en las calles contra el alza del precio del transporte y las inversiones públicas de la Copa, estimadas en 15.000 millones de dólares.

En Brasilia, al menos 26 manifestantes y siete policías resultaron heridos, mientras que otros 20 fueron detenidos.

“A la Copa del Mundo renuncio, más dinero para salud y educación”, fue el lema de los manifestantes -unos 500 según la policía y más de 1.000 según los organizadores- que eludieron el perímetro de seguridad de la policía de manera pacífica.

Cuando llegaron a las puertas del estadio, la situación se tensó con la llegada de miles de hinchas para el partido inaugural de la Confederaciones, en el que Brasil se impuso por 3-0 a Japón.

Poco más de una hora antes del inicio del juego, la policía disparó balas de goma y gases lacrimógenos, que afectaron a algunos hinchas.

“Estaban acorralando al público, impidiendo la entrada al estadio”, dijo a la AFP el jefe de la Policía Militar, coronel Antonio Evangelista Adilson.

“Educación, seguridad, salud, todo sale perdiendo con esta Copa del Mundo”, denunció Thiago Von-Grapp, estudiante de enfermería de 19 años.

“Vinimos a mostrar que este país no solo está hecho de fútbol y carnaval”, dijo a la AFP la estudiante Angelita Torres.

Unos 3.000 policías protegieron el estadio, y las fuerzas de choque y a caballo crearon barreras para impedir el acceso de manifestantes.

El viernes, otras 400 personas habían protestado contra los millonarios gastos del Mundial y quemaron neumáticos cerca del estadio, el que más dinero ha costado en esta copa, impidiendo el acceso. “Cuando tu hijo se enferme, llévalo al estadio”, había expresado una mujer en una pancarta.

En otra gran ciudad sede de la Copa Confederaciones, Belo Horizonte, unas 8.000 personas según los organizadores -y 2.000 según la policía- se manifestaron de manera pacífica, contra el alza de los pasajes de autobús y los altos costos de la Copa, siguiendo la tónica de las intensas protestas en varias ciudades brasileñas, principalmente Sao Paulo y Rio, que dejaron unos 300 detenidos y un centenar de heridos.

Las protestas tienen lugar en momentos que Brasil experimenta un débil crecimiento económico y una inflación de 6,5% anual, en el techo de la meta oficial, lo cual ha provocado una caída de la popularidad del gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, que fue abucheada este sábado en el estadio.

Además de las Copas Confederaciones y el Mundial, Brasil organizará los Juegos Olímpicos de 2016 en Rio. Y su capacidad para asegurar gr