Miles de católicos, peregrinos pero también muchos jóvenes cristianos palestinos, participaron este domingo en una atmósfera festiva en la tradicional procesión de Ramos en Jerusalén, desde el Monte de los Olivos hasta la Ciudad Vieja, según un periodista de la AFP.

Una portavoz de la policía israelí, Louba Samri, estimó en 35.000 el número de peregrinos participantes en la procesión, una cifra superior a la de años anteriores. El año pasado, la policía contó 15.000 fieles.

Esta marcha, en la que podían verse algunas banderas palestinas, es la principal manifestación pública anual de los palestinos cristianos en Jerusalén.

Para asistir a las fiestas religiosas en la Ciudad Santa, los palestinos cristianos de Cisjordania y Gaza necesitan un permiso de entrada que las autoridades israelíes entregan más o menos libremente en función de cada año.

Este año, las autoridades israelíes concedieron 6.000 permisos con motivo de la celebración del domingo de Ramos, que abre la Semana Santa, menos de la mitad que el año pasado, según Xavier Abu Eid, un portavoz de la Organización de Liberación de Palestina (OLP).

La fiesta del domingo de Ramos finalizó, en presencia de un importante dispositivo policial, con un desfile de bandas de scouts palestinas al son de tambores y gaitas, legado del mandato británico sobre Palestina, hasta la Puerta Nueva de la Ciudad Vieja.

El domingo de Ramos conmemora la última subida de Jesús a Jerusalén, donde, según los Evangelios, fue recibido triunfalmente por una multitud antes de ser crucificado varios días después y de resucitar la mañana de Pascua.