Me dio pena ver el sitio web esta mañana tal como está, como si nada fuera a pasar a las 00:00 horas, cuando la señal de Horizonte se vea apagada fácilmente, de un minuto a otro.

Me dio pena, no porque ya no tenga dónde escuchar música, sino porque al fin había encontrado programas entretenidos que hablaran sobre temas tan diversos a la vez, y no sólo de actualidad o política. Fue el lugar donde al fin se abordaban tópicos como nueva música, libros, historia, arquitectura, arte, vanguardia y otras disciplinas de las que normalmente se discute en algunos lugares de una forma casi celestial, con mucha seriedad y datos duros… Acá eso estaba al alcance de la mano (o de la oreja).

Pero la pena va más allá de eso y se transforma en rabia.

La compra de Radio Horizonte ejemplifica dos cosas que hoy pasan frente a nuestros ojos todos los días en el país y que nadie hace nada por solucionarlas: la idiota concentración de medios y el poder de los “grandes”, que arrasan con todo lo que ya está armado, construido y funcionando, como si se tratara de castillos de arena destruidos por las olas del mar.

Si enciendes la radio a cualquier hora del día, vas a notar que la parrilla musical de gran parte de emisoras es la misma. Hits de hace décadas que parecen nunca van a morir (aunque ya estén más que muertos), canciones repetidas, de una calidad musical bastante pobre y que sólo pegan porque son populares.

Para qué hablar de los programas: o son para adolescentes o para adultos, sin un espacio real de conversación interesante y que realmente aporte algo a nuestro conocimiento.

En Horizonte conocí bandas que no había escuchado en otra radio, y para qué hablar de la difusión de la música chilena, esa que hoy se exporta fácilmente al extranjero no por su popularidad, sino que por su calidad. Me atrevo a decir que esto ha permitido dejar a nuestro país como el mayor exponente de pop, electrónica, indie y rock de todo el cono sur.

¿Se imaginan a Adrianigual, Intimate Stranger o a Alex y Daniel sonando en cualquier otra emisora chilena? No, porque lamentablemente hay muy pocos espacios donde mostrar esa música entretenida, de calidad, con letras que dan vueltas en tu cabeza y que de verdad vale la pena escuchar, ya sea porque es demasiado “alternativa” y porque no es nada “comercial”.

Pero lo que más indigna es que acá queda demostrado que cualquier holding puede arrasar con algo que se edificó con los años. Los medios continúan concentrándose en algunos pocos, dejando en evidencia además que la radio en Chile seguirá siendo el medio más pobre en cuanto a variedad.

Si bien compraron la radio, ¿cuál era el objetivo de matarla así, sin más? Los resultados de Horizonte en el mercado la posicionaban como una emisora que facturaba 2 millones de dólares al año, además de ser la radio oficial de varios festivales importantes, entre ellos el mismo Lollapalooza -lo que no es menor-.

Sí, acá en Concepción no tenía dial, pero escucharla online a través del computador o el celular era una opción muy viable.

Estoy segura que somos muchos los viudos de Radio Horizonte. También estoy segura que la versión online -que obviamente podré seguir escuchando como todos los días- cambiará en un par de semanas y llegará a ser tan mala como “TOP”, la propuesta que Canal13 puso para reemplazarla. También estoy segura que la Radio Horizonte quedará en el corazón y la memoria de muchos que ahora odian lo que ocupará el 103.3 de la frecuencia modulada. Yo también. Como diría Ina Groovie en Cocaví, “Discuss”.

@radiohorizonte

@radiohorizonte

@radiohorizonte

@radiohorizonte

http://www.youtube.com/watch?v=cYnTvWO-sSg